Los integrantes del Centro Histórico de Cartagena están en medio de una inmensa polémica por la muy discutible decisión de ordenar una placa que fue descubierta en honor del Príncipe Carlos de Inglaterra y su esposa Camila Parker Bowles.
La placa se refiere a los soldados ingleses que pretendieron invadir la ciudad en 1741 con una enorme flota naval, y que murieron en el intento.
El texto del documento del homenaje es muy diciente:
“En memoria del valor y sufrimiento de todos los que murieron en combate intentando tomar la ciudad y el Fuerte de San Felipe, bajo el mando del Almirante Eduard Vernon”.
Negar que esta es una exaltación a los ingleses invasores resulta contraevidente. Surge aquí un criterio equivocado, consistente en querer congraciarse con el dignatario extranjero por serlo, pero sin ninguna necesidad. Y más aún: rendir homenaje, con nombre propio, al Almirante británico que comandaba la flota que atacaba la ciudad de Cartagena con pretensiones invasoras.
Es un contrasentido hablar del valor y el sufrimiento de los invasores y no hacer ninguna mención, en esa placa, sobre los defensores de la ciudad, que rechazaron heroicamente a los ingleses.
¿O será que 273 años después pensamos que los héroes no fueron los nuestros?.
Con todo el respeto hacia las autoridades de Cartagena: no acertaron en este homenaje y quizás lo más sensato sería que ordenaran el retiro de la placa.