Opinión: Los nuevos hombres fuertes. John Marulanda

Mi generación – que bordea el medio siglo de “ancianidad”- creció en una América Latina en donde gobernaban algunos personajes a quienes llamaban Hombres Fuertes, para no decirles Dictadores, figura  prototípica del político latinoamericano. Mientras en otras latitudes los gobiernos eran conducidos por hombres o mujeres elegidos democrática, periódica y alternadamente, en esta parte del mundo algunos, mayormente procedente de los cuarteles, se hacían con el poder y ahí se quedaban, inamovibles. Reunían en sus manos todos los medios disponibles: justicia, prensa, fuerzas armadas, economía,  para proyectarse como el prohombre nacional, el jefe providencial, el salvador, el profeta, que llevaría al país por caminos de progreso y felicidad.
 
 
En los intestinos de sus señoríos, la presión, el chantaje, la cárcel, la tortura, la desaparición, movían los engranajes malévolos de la autoridad sin control. Eso sí, hacían muchas obras públicas que de alguna manera mejoraron la infraestructura de sus países y algunas de las cuales aún son utilizadas: edificios, aeropuertos, carreteras, puertos, hospitales, etc.
Con mucho o ningún carisma  y  una imagen manipulada con la metodología  Goebbels, con un gobierno mezcla  de asistencialismo y miedo  y con una horda de corifeos que mamaban los beneficios del poder, todos esos Hombres Fuertes, forman parte de la herencia política verticalista y excluyente que España nos impuso.
 
Personajes de entretenimiento para una vieja Europa ávida de exotismos que, mientras les vendía armas para que tuvieran un “estado fuerte y soberano”, incentivaban con teorías de su cuño la revolución, la revuelta contra la tiranía.
 
He aquí algunos nombres de estos HF y su permanencia en el poder. ¿Recuerda usted el país?.  Leónidas Trujillo (31 años), Stroessner (35 años), Pinochet (16), Duvalier (14), Chavez (14), Perón (10 años), Torrijos (9), Perez Jimenez (8), Rojas Pinilla (5), Videla (5 años),
Morales Bermudez (5), Garrastazu Medici (5), Rene Barrientos (5 años). Las décadas de HF pareciera estar relegada a la historia, en un capitulo que se podría llamar “Formación política de los estados latinoamericanos: A. Los Hombres Fuertes”. Pero aún quedan rezagos: ahí están los Castro (Desde el 59 hasta hoy: 55 años).  
 
Y lo que es preocupante, pareciera que estos talantes autoritarios, ególatras e inmarcesibles se están imponiendo de nuevo. Procedentes de la izquierda extremista como Roussef (5 años y va por la reelección), Ortega (8 años y ahora con reelección indefinida) o de la izquierda militante como Morales, (9 años y va por su tercera reelección), Correa (8 años y va por la reelección),  los Kirchner ( 12 años y seguirán?), los nuevos autoritarios o NHF,  exudan una fuerza moral fundamentada en el antinorteamericanismo y/o en el marxismo-leninismo fracasado en el mundo, excepto en Corea del Norte en donde gobierna el HF Supremo Comandante  Kim Jong -un, hijo de Kim Jon- il, nieto de Kim Il Sung y quien cuando nació, un gran lago de hielo se partió en dos y un halo rojo cubrió la montaña en donde vino a este mundo.
 
Y en La Isla, en donde según el cantautor de la nueva trova cubana Silvio Rodriguez “ la gente está jodida, muy jodida, mucho más jodida de lo que pensaba”.
 
En esos dos países, el marxismo-leninismo y la “democracia” conviven gracias a la tutela familiar de estos NHF y su “nepotismo democrático”. Remedo de los gobiernos derechistas y personalistas del pasado, esto actores políticos son la segunda parte del capítulo: “Formación política de los estados latinoamericanos: B. Los Nuevos Hombres Fuertes”.
El culto a la personalidad, la concentración de poderes, el silenciamiento de la prensa crítica y la reelección indefinida forma parte fundamental del ideario personal-político-institucional de los nuevos Redentores.
 
La Galería de los tales es, por lo menos, curiosa. A uno, los pajaritos le hablan mientras la nación se desbarata. Aunque sus súbditos no tienen papel higiénico, champú, azúcar, aceite, leche, electricidad, se asesinan inmisericordemente y los corruptos amasan fortunas, decide crear el Viceministerio para la Suprema Felicidad Social del Pueblo, un pincelazo de ironía medio del caos.
 
Otro, arrogante y fatuo, dice sin sonrojo que “la alternancia (en el poder) es un discurso burgués que nadie se cree. Es un mito. Tonterías de la oligarquía” y en arrebato decimonónico culmina con una sublime declaración: “mi vida ya no es mía, sino de mi patria, por ella estaré donde me necesite”.  
 
El de más arriba, para quien los romanos fueron los que fregaron a sus antecesores Incas, “quedarse 50 años” en el poder será apenas suficientes para dejar su memoria indeleble en la sociedad de collas y cambas. Sus áulicos dicen que están ahí “para nunca más bajarse del poder” y reconstituir el Incanato, con este nuevo Atahualpa que ordenó que los relojes marchen al revés porque, según él, ese es nuestro Sarawi, camino. En el cono Sur, esposo y esposa tipo vedette se aposentaron el poder por 15 años con la promesa de un mejor futuro. ¿Cómo está hoy el país? Con default y con la peor percepción de seguridad ciudadana en décadas.  
 
En Centroamérica, el ex - Comandante sandinista de marras, siguiendo la estela caudillista tan cara a la región, sigue gobernando el segundo país más pobre de América y expandiendo su territorio mientras la corrupción y el nepotismo florecen de mano de la brujería.
Su congreso lo autorizó a reelegirse indefinidamente mientras sus militares y policías tratan de contener un brote insurgente en Matagalpa y Jinotega.
 
“Bandas criminales” dice su prensa. Así pues, un único hombre, convertido en Ídolo o Santo, carga sobre sus hombros con todas las responsabilidades colectivas, despojando de juicio político a los ciudadanos y convirtiéndolos en meros espectadores de su propia degradación. Simple rebaño esperando la dádiva de su pastor.
 
O soldado raso cumpliendo órdenes de un jefe incuestionable.  Esta inmadurez política enseñada que nos caracteriza, legitima entonces esas democracias procedimentales, carentes de debate enriquecedor.
Frente a este show de caciquismo, el recientemente posesionado Mandatario de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, eliminó el retrato presidencial en las oficinas del Estado y su nombre en las plaquetas de las obras públicas, dando un ejemplo de oro a la camada de NHF latinoamericanos. Ya lo había hecho Rodrigo Carazo en 1978, aunque en ese entonces no quitó sus fotos de los despachos oficiales. Esperemos que a Solís no le dé por reelegirse con el argumento de su discreción.
En Colombia, el Presidente presentó un proyecto de ley que prohibiría la re elección, luego de que el mismo fuera re electo con la excusa principal de lograr un acuerdo de paz con el grupo narcoterrorista de las farc. Esperemos que tal enredo habanero no lo “obligue” a continuar en el poder.
 
La discusión política de fondo es ¿Necesitamos gobernantes duraderos que nos den estabilidad republicana y progreso? O como diría alguien, ¿necesitamos elegir democráticamente un dictador “por unos veinte años”, tiempo que les tomo a Franco y a Pinochet “enrumbar” sus países?  
 
Todo esto sucede en el 2014, cuando cada persona tiene en su mano el poder de la información inmediata y sobre cualquier aspecto de la cultura humana; cuando el derecho a vivir bien se ha rescatado de los resignados sermones católicos que justificaban nuestra pobreza cotidiana mientras el obispado coqueteaba con las castas poderosas. Pareciera que los HF del pasado no hicieron bien su trabajo y tendremos que repetir la lección con los NHF para darnos cuenta que solamente en libertad, participación, con justicia y sin ídolos, podremos lograr un mejor vivir.
Las democracias mecánicas que están reverdeciendo en la región, con personajes envanecidos por el poder económico y militar del Estado, se agravan con “revoluciones” en desarrollo y el narcotráfico moviéndose en los pasillos del poder. La necesidad de estabilidad nos está conduciendo a estadios de necedad crónica.
John Marulanda

Consultor Internacional en Seguridad y Defensa

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