Opinión: ACERCAMIENTO ENTRE CUBA Y ESTADOS UNIDOS. José Gregorio Hernández Galindo

 
 
Ha sido noticia mundial y en realidad se trata de un hecho histórico. Y una magnífica noticia para la paz, que debe reinar en el continente americano. En Panamá, en el marco de la Cumbre de las Américas, Barack Obama -Presidente de los Estados Unidos- y Raúl Castro -Presidente de Cuba- se estrecharon las manos, conversaron cordialmente durante más de cuatro horas y pusieron fin a más de cincuenta años de tensión entre los dos países. Habrá embajada de Cuba en Washington, y de Estados Unidos en La Habana.
 
 
El enfrentamiento venía desde la época de la guerra fría, tras la toma del poder por los guerrilleros de Sierra Maestra en 1959. En plena etapa de consolidación del régimen de Fidel Castro en Cuba, el propósito norteamericano era la persecución del comunismo, concretando todas las acciones bélicas y diplomáticas en Cuba como la nación que en ese momento encarnaba los intereses expansionistas de la Unión Soviética.
 
Los dos gobiernos eran entre sí los peores enemigos. No se hicieron esperar las consecuencias del distanciamiento ideológico, y se adoptaron medidas concretas contra Cuba. Ellas, más que castigar a los gobernantes, perjudicaron en forma grave al pueblo cubano: el bloqueo a la isla, decretado por los Estados Unidos (embargo económico, financiero y comercial), las sanciones en materia patrimonial y crediticia, la ruptura total de relaciones diplomáticas, la prohibición de viajar a Cuba, la restricción a las inversiones.
 
El embargo -decretado en 1960-, que todavía se mantiene por cuanto fue elevado a la categoría de ley por el Congreso en 1992, tenía inicialmente por propósito una retaliación por expropiaciones que habían tenido lugar en la isla, y presionar en contra del régimen castrista y de paso golpear a la Unión Soviética. La drástica decisión se presentó años más tarde como una forma de presionar a los cubanos para el regreso a la democracia y en defensa de los derechos humanos.
Ha declarado Barack Obama que el bloqueo ha fracasado; que el método utilizado no ha producido los efectos queridos; que el  embargo ha causado mucho daño a la población cubana; que los tiempos han cambiado, y que la discriminación contra Cuba no pueden tener lugar hoy en un contexto democrático, que es lo que se debe buscar en el continente.
 
No puede Obama  levantar el embargo por decreto. Carece de facultades,  porque existe una ley del Congreso que el Presidente no puede derogar. Pero Cuba, como las Naciones Unidas, la OEA, las organizaciones defensoras de los derechos humanos y la misma lógica de la auténtica democracia lo exigen, y él está convencido. Así que Obama presentará el proyecto.
 
Además, Cuba será retirada de la lista de países que favorecen el terrorismo. Pero, desde luego, sigue la resistencia en el exilio y entre los disidentes cubanos, particularmente en Miami y en otras ciudades norteamericanas; hay muchos asuntos que deben definir internamente los gobernantes cubanos y estadounidenses. Es decir, todavía falta mucho camino por recorrer, y en muchos aspectos -entre ellos el regreso de Cuba a la democracia- el proceso y el debate apenas comienzan.
Modificado por última vez en Viernes, 17 Abril 2015 08:56
Jose Gregorio Hernandez Galindo

Expresidente de la Corte Constitucional de Colombia y director de la publicación “Elementos de Juicio. Revista de Temas Constitucionales” y la emisora "lavozdelderecho.com".

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