Opinión: ¿LIBERTAD DE EXPRESIÓN O MORBO?. Clara Patricia Montoya Parra Destacado

Es verdad que lo denunciado todos los días en Colombia contra los corruptos  exige investigación pronta y eficaz; es verdad que –en muchas ocasiones- son los medios de comunicación los que han contribuido más que la propia administración de justicia a desmantelar la corrupción que nos invade; es verdad que en ocasiones -tal vez la mayoría- es a través de los medios de comunicación que obtenemos información precisa o cuando menos cercana a la realidad de los hechos y, sin embargo, pese a tantas bondades que debemos reconocerle a los periodistas que lideran los medios de comunicación, sí que es verdad que el periodismo de morbo hace tanto daño como cualquier otro mal que nos asedia en Colombia. 
 
 
Se define la palabra morbo, como la tendencia obsesiva hacia lo desagradable, lo cruel o lo prohibido. Morboso, proviene del latín “morbosus” que procede a su vez de la palabra latina “morbus” que significa enfermedad; interés malsano en personas o cosas o atracción hacia acontecimientos desagradables. Sacar a la luz pública un video personal de dos adultos que mantienen una relación voluntaria sin tener en cuenta el impacto que tendría en terceras personas su divulgación por su fuerte contenido sexual ¿Es buen periodismo o morbo?
 
Lenta es la administración de justicia colombiana y de eso a nadie le cabe la menor duda, pero ¿acaso no es ante las autoridades competentes que deben llevarse las pruebas en las que se soportan las denuncias? La libertad de expresión implica deberes y responsabilidades para quien las expresa. Es verdad que los medios contribuyen y mucho en este asunto de denunciar a los corruptos y personalmente me siento muy agradecida por la valiente, seria y respetuosa gestión que vienen haciendo algunos periodistas.  
 
No obstante, en la filtración del video tomado al exsenador Carlos Ferro en el año 2008,  para tratar de probar –según la responsable de la filtración del video,  la señora Vicky Dávila- que existe una red al interior de la Policía, entiendo que ella debió –como prueba- aportar el video a la autoridad competente.
 
Vicky Dávila puede decir lo que le venga a la cabeza para tratar de justificar su decisión de filtrar el video, pero lejos de parecer una periodista merecedora de ese título, me da la sensación, le puede más la necesidad de notoriedad a como dé lugar, pasando –si es preciso- por encima de los valores mínimos que debería tener un buen periodismo. Reconozco que el mismo sentimiento me invadió  a propósito de las fotos que filtró Daniel Coronell respecto del exdefensor del pueblo, Jorge Armando Otálora.
 
¿Están compitiendo Dávila y Coronell? ¿Faltan noticias en un país que aporta noticias serias e importantes todos los días? ¿Nos detectaron el morbo a los colombianos, al punto que ahora los periodistas necesitan llenarnos de más morbo filtrando fotos y videos de la vida íntima de los demás para que entendamos ilustrativamente lo que nos quieren decir? ¿Nos ven brutos para entregarnos las noticias con fotos y videos íntimos adjuntos? ¿Por qué, si ellos dicen en sus columnas e informes que las fotos y los videos son prueba reina de lo que denuncian, no las llevan a la Fiscalía en lugar de acabar a raja tabla con las personas implicadas? ¿No les basta con la denuncia? ¿Necesitan además de la denuncia –que repito agradezco- dañar salvajemente la vida de la persona comprometida? ¿Es qué odian a los denunciados o tienen rencillas personales que no conocemos que necesitan destruir a esas personas además de denunciarlas públicamente?
 
Personalmente estoy de acuerdo en que salga a la luz pública todo lo que esté relacionado con corrupción y para denunciarlo nada mejor que el informe investigativo de un buen periodista como los que hemos venido leyendo, pero exponer la vida privada sin reparar en las consecuencias, tiene otro rasero.
 
En mi opinión  la señora Dávila necesita brillar y para ella es clarísimo que “el fin justifica los medios”; sin embargo, en honor a la verdad, me molesta tanta liviandad de la señora Dávila por lo que esperaría que el señor Carlos Ferro saque las fuerzas suficientes –pese a todo el dolor que presumo está viviendo al interior de su familia- para empoderarse de sus derechos  tomando  las necesarias medidas legales –si es del caso- para obtener –en lo posible- la reparación al daño sufrido, porque concluyo se presentó una violación a sus derechos fundamentales con la filtración de ese video al que la señora Dávila –sin más trámites- le da la valoración probatoria que le vino en gana. Ella funge de periodista pero no es un juez y es necesario que comprenda la diferencia con prístina claridad.
 
La señora Dávila, en mi opinión personal, estando en poder de una prueba tan valiosa como ahora dice en su defensa, es el video que sin su autorización le fue tomado al exsenador en el año 2008, debió ponerla en conocimiento de la autoridad competente y no en el conocimiento de todos los colombianos –sin distinción- afectando de forma radical y absoluta la vida del implicado y la de toda su familia que no es poca cosa y que no debe bajo ninguna justificación aceptarse como libertad de expresión.
 
Colombia necesita un periodismo serio y respetuoso, ya tenemos demasiados problemas para que ahora y por cuenta de las ganas de sobresalir de algunos periodistas tengamos personas haciendo periodismo barato y vulgar. El corrupto debe responder y bienvenida la denuncia que vienen haciendo algunos medios de comunicación pero hacer buen periodismo no riñe con el debido respeto a la Constitución Política de Colombia y a los Tratados Internacionales a propósito de temas ampliamente debatidos como el derecho a la intimidad, la reputación, la dignidad y el buen nombre de las personas.
 
Personalmente le perdí la confianza como periodista a la señora Vicky Dávila, pese a que le venía haciendo seguimiento a las denuncias que ella misma venía formulando contra algunos miembros de la Policía Nacional por el caso denominado “comunidad del anillo”. Lástima que en su condición de periodista cayó en la tentación de filtrar una de las pruebas  que en su sentir demuestran responsabilidad de quien ella  considera es uno de los involucrados en la red de prostitución.
 
N. de la D.
 
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Modificado por última vez en Miércoles, 11 Mayo 2022 15:01
Clara Patricia Montoya Parra

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