Certidumbres e Inquietudes: EL ESTADO, A LA ZAGA DE LOS MEDIOS. José Gregorio Hernández Galindo Destacado

Los mil y un escándalos de los últimos años en Colombia, que en algunos pocos casos han culminado con la renuncia de importantes funcionarios –por ejemplo, el Defensor del Pueblo, el Viceministro del Interior o el Director General de la Policía-, así como numerosos casos de falsos positivos, chuzadas, contratos estatales y carteles de la contratación, defraudación del Estado, o los eventos de corrupción, de prevaricato, de violencia, de mala administración,   nos están demostrando algo que no podemos eludir y que el Estado debería reconocer: los servidores públicos colombianos, desde las más altas dignidades -y por supuesto sus subalternos-, así como los órganos de control –Procuraduría, Fiscalía, Contraloría, personerías- no ejercen sus funciones a cabalidad. Van detrás, rezagados, a la zaga de lo investigado y divulgado por los medios de comunicación, y según los efectos que las noticias generan en los demás medios y en las redes sociales -porque todo lo espectacular se replica, y ese es el éxito de las notas e informaciones periodísticas-, en lugar de dedicarse con juicio, prudencia y respeto a la presunción de inocencia y al debido proceso, y con los instrumentos jurídicos y técnicos de los cuales disponen, a ejercer las funciones que les han sido asignadas.
 
De tal manera que, si los noticieros radiales y de televisión no abren sus emisiones con una noticia bien espectacular, y si los periódicos no presentan la información sobre el escándalo de turno en primera página, el Estado no se mueve, ni se conmueve. Sencillamente, no le importa.
 
¿Qué interesa a los altos funcionarios? La figuración y el protagonismo, desde luego después del trabajo de la prensa y de los periodistas. Tras el escándalo en medios y redes. Interesa aparecer bien estricto y determinante en las fotografías y notas periodísticas, diciendo que se lucha contra la corrupción; que se persigue el delito; que no se permite la impunidad. Que se inician investigaciones, y que se llevarán “hasta sus últimas consecuencias”.
 
En ese sentido, consideramos que el papel de un Daniel Coronell o de una Vicky Dávila se convierte en esencial para que la impunidad, la corrupción y las malas prácticas no prosperen, y para que haya algo de justicia. Gracias a ellos, conocemos muchas cosas que de otra manera permanecerían ocultas. Y el ciudadano tiene un derecho fundamental –plasmado en el artículo 20 de la Constitución- a una información veraz e imparcial. ¿Qué tanto lo es en Colombia? Habría que ver cada caso y sopesarlo, según los hechos y a la luz de la Constitución, la ley y la jurisprudencia.
 
Pero lo que queremos subrayar es la modorra de nuestros organismos oficiales, su parsimonia, su negligencia en el impulso de indagaciones e investigaciones, su morosidad, su llegada tardía, que sólo les permiten sacar adelante con prontitud lo que es materia del debate generado por los medios. Y son esos órganos estatales los que tienen la función y los que deberían ejercer el liderazgo. Un liderazgo que, en buena hora, han asumido los medios y los periodistas.   
 
 
N. de la D.
 
Las opiniones de nuestros columnistas y colaboradores, en ejercicio de su libertad de expresión, no comprometen los criterios editoriales de esta página.
Modificado por última vez en Martes, 02 Enero 2018 07:38
Jose Gregorio Hernandez Galindo

Expresidente de la Corte Constitucional de Colombia y director de la publicación “Elementos de Juicio. Revista de Temas Constitucionales” y la emisora "lavozdelderecho.com".

Email Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Acerca de Nosotros

Nuestro propósito es aprovechar la tecnología en beneficio de la divulgación, el análisis, la controversia, la verificación de los grandes asuntos en que aparece el Derecho, en cualquiera de sus ramas; los procesos judiciales de trascendencia y los más importantes debates y acontecimientos.