El “Factor Obama”: consecuencias de La Habana a Buenos Aires. Por John Marulanda Destacado

28 Mar 2016
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Obama hizo un viaje "histórico" a Cuba. Pero se desconoce cuánto será "historia" y cuánto será anécdota. 
 
 
Con los atentados de Bruselas como telón de fondo, Obama salió de Cuba remachando que el pueblo cubano es responsable de su destino y que se necesitan libertad de expresión y respeto a los derechos humanos, es decir democracia.
 
Una explicación a este viaje que algunos, emocionados, proclaman de histórico y que pronto será una anécdota, es que Obama necesita estabilizar a su favor una región de importancia geoestratégica. El orondo paseo de Putin y sus barcos y aviones de guerra por el Caribe, disparó las alarmas de los analistas, que se preguntaron si estaba en retirada el Águila que durante por lo menos dos siglos dominó ese Mediterráneo de las mil bocas, como lo llamó el barón Von Humboldt hacia 1800.
 
Además, la agencia espacial rusa, dependencia del ministerio de Defensa, instalará en Nicaragua una base de control terrestre de su sistema de posicionamiento global Glonass, competidor del GPS norteamericano y el Galileo europeo. No contentos con eso, en 2014, el canciller Lavrov, en medio de la crisis ucraniana,  corrió a Nicaragua a anunciar las intenciones de su país de construir bases de abastecimiento para sus arreos militares en Venezuela, Cuba y Nicaragua.
 
A raíz de la visita de Obama, un vocero del Kremlin recordó que Cuba es un país amigo y alabó que tenga buenas relaciones con sus vecinos, en particular con Estados Unidos. El presidente Xi Jimping también anduvo por Cuba, México y Venezuela firmando acuerdos que faciliten el ingreso financiero chino, cuyos préstamos en la región son del orden de 29 mil millones de dólares, especialmente en Brasil, Perú, Bolivia, Ecuador, Argentina y Chile.
 
El coloso oriental construirá en Nicaragua el mayor canal interoceánico del mundo, que alterará el comercio global y que le facilitará el transporte de sorgo, cobre, petróleo y acero, entre otras materias primas. Un  vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, con motivo de la visita del Presidente de Estados Unidos a Cuba, declaró que las relaciones entre la isla de los Castro y Washington no afectará las relaciones de China con Latinoamérica.
 
El New York Times se preguntaba en julio de 2014 si se estaba reeditando la Guerra Fría, en referencia a la de los 1960 que tuvo su epítome precisamente en el Caribe, en Cuba, cuando casi se genera una hecatombe nuclear. Al declarar cerrado el capítulo de la Guerra fría en el continente americano, Obama desechó los comentarios del vicepresidente Medvedev que en la Conferencia de Seguridad en Múnich dijo: “La relación entre Rusia y la OTAN ha caído de nuevo en una Guerra Fría”  y del  congresista republicano Rohrabacher, presidente del Subcomité de la Cámara Baja del Congreso de EE.UU. para Europa, Eurasia y Amenazas Emergentes, quien se preguntó: “¿Por qué está EE.UU. reanudando la Guerra Fría con Rusia?”. Ambos pronunciamientos se registraron en febrero de este año.
 
Las proyecciones de que una mayor inversión y un libre comercio sacarán al comunismo del poder en la isla, es una esperanza con grandes probabilidades de frustración. El turismo, floreciente en la época de la dictadura de Batista y ahora controlado por el Ejército, como debe ser en un Estado totalitario, y la inversión privada, siempre sometida a las virtudes revolucionarias de la escasez y el racionamiento, excepto para su Nomenklatura, son tropiezos que no muestran solución fácil a corto plazo. En el entretanto, los balseros no pasan de moda y los que se pueden escapar de la dictadura caribeña del proletariado lo hacen.
 
Horas antes de que el Air Force One aterrizara en el aeropuerto Jose Martí, un avión de Conviasa llevó al tambaleante presidente Maduro a consultas con su mentor y guía Fidel. Una posible transición en Venezuela que evite  un desastre regional debió haber sido tema. Ya el Inca Morales lo advirtió hace pocos días: “(…), si hay golpes de Estado, nuevamente los trabajadores se van a organizar en guerrillas”.
 
Hablando de guerrillas, el encuentro de Secretario Kerry con los cabecillas de las FARC deja muchos interrogantes. Estados Unidos se comprometió a garantizar la seguridad de los que dejen las armas, dijeron los voceros del gobierno colombianos, mientras los farianos se mostraron esperanzados de que los saquen de las lista de Organizaciones Terroristas Foráneas. La pregunta que quedó flotando es: ¿Y del narcotráfico, qué?. Los voceros de Estados Unidos han señalado a las FARC como uno de los grandes carteles del mundo. Si seguimos la experiencia y lo conocido, Estados Unidos mantiene su línea dura y el aparato judicial norteamericano, eficaz, eficiente e independiente, continuará solicitando en extradición a todo el Board de las FARC.
 
La pregunta clave es: ¿cambiará algo en Cuba después de esta visita?. La apuesta por un cambio estructural en la satrapía de los Castro es de largo aliento. Por ahora, Washington trata de edulcorar las aguas en su periferia cercana mientras problemas críticos lo comprometen en Corea del Norte y Siria. La Habana bien vale un juego de béisbol.
 
Una vez dejada la lluviosa isla tropical,  Obama voló a Argentina, en donde una izquierda bolivariana inamistosa fue desalojada de la Casa Rosada por un derechista moderno y programático, ajeno al botox del poder kirchnerista.
 
El giro gubernamental de Argentina ha sido el mas significativo de la región, que sigue sin encontrar su identidad política, en espera de la caída de Dilma y la transición o el caos en Venezuela. En Buenos Aires, los temas tratados fueron dos aspectos vitales en la Latinoamérica de hoy: seguridad-narcotráfico y bussiness. Narcotráfico y seguridad van de la mano en la región y de manera especial en Argentina, que ha sufrido los dos atentados mas notorios en Latinoamérica por cuenta de la facción extremista islámica Hezbolá, organización libanesa creada y financiada por Irán, país que logró una notoria presencia en la región gracias a la gran amistad Chávez-Ahmadinejad.
 
Lejos del Caribe, en el Cono Sur, en donde hay estaciones y el tango, amargo y realista, se aleja del chachachá, el ron y el cigarro, —y en donde no hubo partido de fútbol— Obama tensó su arco político de extremo a extremo, demostrando que aunque es considerado por mucho el peor presidente de los Estados Unidos, mantiene un buen grupo asesor que lo guía en la distensión del Caribe, involucrando a Venezuela y el fortalecimiento del sur, implicando a Brasil, fronteras del tradicional patio trasero del Imperio.
 
Colombia y las FARC solo importan por ahora al Gobierno de Santos y nada o casi nada al pueblo colombiano que, como dijo Obama a los cubanos, es dueño de su futuro, es apático al negociado habanero, rechaza la impunidad para los jefazos terroristas y culpa al Gobierno de una corrupción generalizada y una situación económica preocupante.
 
De regreso a DC, el turbión de Trump puede alterar toda la estrategia Obama. El rubio empresario, al mejor estilo de los caudillos latinoamericanos, ha generado una corriente de apoyo tal que todo el establecimiento está preocupado por el rumbo que el país tome a partir de las próximas elecciones.
 
¿Con todo este panorama, Quién será  el próximo visitante del Caribe y/o Latinoamérica: El Papa, Putin, Jinping, Obama o… Mugabe?
 
Publicado en: http://es.panampost.com/jose-marulanda/2016/03/25/el-factor-obama-consecuencias-de-la-habana-a-buenos-aires/
 
N. de la D.
 
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Modificado por última vez en Lunes, 28 Marzo 2016 09:21
John Marulanda

Consultor Internacional en Seguridad y Defensa

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