Opinión: RATONES CUIDANDO EL QUESO. Por John Marulanda. Destacado

04 Ago 2016
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Mientras el Mando Militar envía un Batallón de Relevo al Sinaí y planea exportar el año entrante Batallones a Siria, Irak, Afganistán, Sahara y África Central, el gobierno cubano desplazó 30 de sus soldados a Colombia.
 
Los militares castristas han actuado en otras latitudes del mundo y su intervención no ha dejado nada bueno. Con las falacias de la lucha por el pueblo y la democracia han desangrado pueblos y los han abandonado en la miseria: Argelia (1963), el Congo (1965), Siria (1974), Angola (1975-1991), Etiopía (1977-1988), Nicaragua (1979-1990). En Venezuela llegaron hace 18 años como asesores y la lastimosa situación de nuestro vecino lo dice todo. Los militares cubanos han entrenado desde 1964 al eln para que asesine soldados, policías y campesinos colombianos y adiestraron a jóvenes reclutados por el M-19 en 1980 para enviarlos luego a la muerte en el Cauca y Chocó.
 
El método es el mismo: llegan los militares amparados por la ONU y detrás de ellos llegan los asesores del Ministerio del Interior, todos del G2, quienes empezarán a determinar cómo manejar recursos, cómo organizar comunidades y cómo espiar y vigilar disidentes o personas “peligrosas” para la seguridad de los remozados terroristas.
 
Serán los tutores en la construcción de cogobiernos en las 23 zonas autonómicas y 8 campamentos madre, en donde el Estado no ha cumplido con planes de desarrollo y bienestar social, la corruptela administrativa está a la orden del día y los cultivos ilícitos pelechan.
 
Y no faltarán los médicos de la isla, curando con demagogia y aspirinas. Estas áreas y las futuras Terrapaz se convertirán en “zonas de re-educación” al mejor estilo marxista-leninista, con la amenaza discreta de los escoltas armados de los cabecillas farianos en campaña política o “pedagogía para la paz”, como proclaman sus amigos comunistas. Burócratas ingenuos creen que armar a los guardaespaldas y enrolarlos en la nómina oficial es controlarlos cuando, al revés, son ellos los que se están apropiando de la armería del Estado para intimidar a quienes controviertan los agrios argumentos de sus jefes.
 
El cocodrilo de los soldados cubanos en suelo patrio, es intragable. Ojalá alguien sensato reencauce el rumbo de la ignominia de una decisión extraterritorial que no van a traer ni estabilidad política ni paz social. Es urgente que la opinión pública diga NO a la presencia de soldados cubanos en territorio nacional. No tiene justificación, es una afrenta que no nos merecemos y va a ser el comienzo de mayores complicaciones. Así empezó Venezuela.
 
Ojalá el francés comisionado de la ONU y el General argentino Javier Pérez, de probada idoneidad y buen recibo, entiendan que los militares cubanos No son bienvenidos a colombia. Su presencia es ominosa. Además, aquí ya hay suficientes taimados.
John Marulanda

Consultor Internacional en Seguridad y Defensa

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