Punto de Referencia: TOLERANCIA. Por José Gregorio Hernández Galindo. Destacado

 

El Presidente Juan Manuel Santos ha sostenido en las últimas horas que el Gobierno nacional no va a promover la denominada ideología de género; que el Ejecutivo no ha implementado ni va a implementar documentos como el que, al parecer, se había elaborado sobre el tema  por parte de las Naciones Unidas, y que se divulgó sin la autorización del Ministerio de Educación.

Está muy bien que el Presidente haya impartido la orden de no publicar el publicitado "manual" que provocó, por algunas de sus expresiones, la reacción de muchos colombianos, que en todas las ciudades del país salieron a protestar -pacífica pero enérgicamente-, en defensa de la intangibilidad de los derechos de los niños.

La Ministra Gina Parody ha dicho que lo único que hace  su cartera es cumplir una orden de la Corte Constitucional. Y la orden de la Corte existe, en efecto, pero no en el sentido de adoptar la ideología de género, ni en el de deformar la educación de los niños, llevándolos al homosexualismo. Lo que buscó el fallo fue garantizar que, en los manuales de convivencia de los establecimientos educativos se plasmara -como debe ser- unas reglas mínimas de respeto y de tolerancia. Para evitar el denominado "matoneo", que -dicho sea de paso- no se produce solamente por razones de sexo sino que tiene origen en distintas formas y motivos de discriminación, de burla o de persecución. 

Tiene razón la Corte y no únicamente en los colegios, escuelas y universidades, sino en todas las comunidades y grupos es necesario promover políticas de sana y pacífica convivencia. 

La gran enseñanza que queda de lo ocurrido esta semana consiste en la necesaria toma de conciencia en el sentido de que no puede haber paz sin respeto por la persona humana, por los derechos de todos, con independencia del sexo, la raza, la ideología, la religión, el partido al que se pertenezca . No puede haber paz si predomina la intolerancia. Si no se aplica el postulado constitucional del pluralismo. Si se discrimina, se odia, se hiere física o verbalmente. Si sse pretende imponer a la fuerza una convicción, una tendencia, una creencia, una ideología. 

Porque la discriminación contra personas homosexuales es una forma de intolerancia que no debe tener lugar. Y también la pretensión de imponer la ideología de género es otra forma de intolerancia. En uno y otro caso hay irrespeto a los demás. Con el agravante de que en esta ocasión los agredidos eran los niños, cuya libertad no puede ser coaccionada para forzarlos en determinado sentido, o para adoctrinarlos contra sus características naturales. Y también resultaban afectados los padres de familia, que tienen derecho a seleccionar el tipo de educación para sus hijos. Y los establecimientos educativos, que deben redactar y poner en vigencia sus manuales de convivencia, con libertad y no por imposición.

Jose Gregorio Hernandez Galindo

Expresidente de la Corte Constitucional de Colombia y director de la publicación “Elementos de Juicio. Revista de Temas Constitucionales” y la emisora "lavozdelderecho.com".

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