Una vez más debemos recordar que, hoy por hoy, delitos tan graves como el maltrato a la mujer o la violencia sexual deben ser investigados de oficio. Es decir, ha sido superada la regla anterior, que exigía querella de parte de la persona afectada, y además bastaba con el desistimiento para que hubiera impunidad.

Eso implicaba que las víctimas quedaban indefensas por completo, frente a victimarios respecto de los cuales tenían una relación de dependencia -por ejemplo, dependían de ellos desde el punto de vista económico, familiar o laboral-, y además, sobre aquéllas pendía siempre la amenaza, expresa o tácita, si denunciaban o se querellaban.

Eso ha pasado. Ahora investiga de oficio la Fiscalía General de la Nación.

En días pasados, mediante columna, una reconocida periodista divulgó el doloroso hecho de haber sido violada por un individuo que fue su jefe, cuyo nombre calló precisamente por temor, y en su escrito dejó constancia en el sentido de defender, por esa fuerza mayor, el silencio que se auto impuso y que es su voluntad mantener.

Bien pronto se divulgó en los medios y en las redes la lista de quienes habían sido jefes de la distinguida comunicadora, y, como era de esperar, comenzaron las especulaciones y las adivinanzas, no exentas de morbo en muchos casos. Y, desde luego, todos esos antiguos jefes quedaron en entredicho ante el público, lo que ciertamente resulta injusto, si se tiene en cuenta que todos ellos -excepto el violador- son inocentes. 

La decisión de la periodista, al preferir mantener en reserva el nombre de su atacante es altamente respetable, en especial por razones de su propia seguridad y la de los suyos, ya que, según el escrito periodístico, ha sentido temor y su atacante no es alguien propiamente inofensivo.

Por ello, resulta muy importante -para evitar la impunidad- lo que ha resuelto la Fiscalía General de la Nación. Según la Vicefiscal General de la Nación, Dra. María Paulina Riveros, "en ejercicio de sus deberes legales, la Fiscalía General de la Nación inició investigación penal, con base en fuentes abiertas, por hechos que públicamente hizo saber la reconocida periodista en su columna de opinión. Investigación que fue asignada a la Unidad de Delitos Sexuales de Bogotá".

No somos muy optimistas, pero hacemos votos porque la investigación permita descubrir al delincuente, se le adelante proceso y se aplique con todo rigor la ley penal vigente.