LITERATURA Y DERECHO: LA ORESTIADA de Esquilo.

“Orestes es un personaje de la mitología griega, de cuyas desgracias nos da noticias los dramaturgos Esquilo, Sófocles y Eurípides. En La Orestiada, del primero de los mencionados, se nos narra la tragedia del héroe, quien mata a su madre Clitemnestra para cumplir un oráculo divino que le ordenaba aplacar el homicidio de Agamenón, su padre, causado por la madre y el amante de ésta, Egisto. Quien también paga con la muerte. Realizada la muerte de revancha, el autor del hecho se ve perseguido por Las Erinias, deidades femeninas representativas de la venganza, que buscan castigar a Orestes, por lo que se ve obligado a huir al templo de Delfos (donde se rinde culto a Apolo y que finalmente, es el autor de la profecía) sin embargo, no le ofrece suficiente protección y debe refugiarse en Atenas bajo la salvaguardia de la diosa Atenea, la que, luego de escuchar sus súplicas, dispone la realización de un juicio –sujeto a la autoridad de un tribunal de doce jueces- a fin de establecer la culpabilidad del acusado.  
 
El relato expone una nueva forma de realizar la justicia: pretende pasar de las formas autocompositivas a las heterocompositivas. Remite a la obligación de dar una respuesta racional a los delitos. Frente a la posibilidad, siempre primigenia e instintiva de la venganza; el hecho mismo, de que Orestes se dirija a su protector diciéndole: “Apolo bien sabes tú ser justo (…) no te olvides pues de tu suplicante. Baste tu poder para salvarme”, expone la confianza que el acusado tiene en quien va a dirigir su defensa.
 
Luego se presenta ante Atenea suplicando “le haga justicia”, quien a su vez convence a las acusadoras, Las Erineas, se sometan a su voluntad para el pronunciamiento de una “justa sentencia”.
 
A este efecto, dispone la formación, de entre los mejores de la ciudad, de un tribunal de “jueces ligados por juramento que juzguen en todos los tiempos que han de venir” y ordena a las partes detallen sus testigos, pruebas e indicios que les ayuden en sus respectivas pretensiones.
 
La diosa Atenea, en la tercera parte de La Orestiada, expone para una ciudad democrática no sólo la confianza en sus ciudadanos, sino también la seguridad de una justicia racional e imparcial: “un tribunal insobornable, augusto y protector del país y siempre atento por los que duermen”.
 
Aparecen las dos partes: la acusadora, representada por Las Erineas y, la acusada, personificada por Orestes y su defensor, sin embargo la justicia no será posible sin alguien que la dictamine. En el drama esquiliano, los jueces aparecen como terceros imparciales, innominados y desconocidos, pero que, por su autoridad, socialmente reconocida, ponen fin a la larga cadena de homicidios: la muerte de Ifigenia a manos de su padre Agamenón, la muerte de Agamenón, la muerte de Egistos, la muerte de Clitemnestra, para cuyo efecto se le confía el juicio de Orestes, y a se asume su decisión absolutoria como justa, con lo que se pone fin a la interminable Ley del Talión. El asunto es ¿Cuándo un juez es imparcial? ¿Cuándo el conocimiento previo del thema decidendi afecta la imparcialidad?”.
 
Tomado del escrito del Juez Especializado Penal del Juzgado Penal Unipersonal de Chulucanas, Piura, Dr. Laurence Chunga Hidalgo. Título del escrito: El derecho al juez imparcial y el conocimiento previo del thema decidendi como causal de inhibición. Link: http://perso.unifr.ch/derechopenal/assets/files/articulos/a_20140908_02.pdf
Modificado por última vez en Martes, 21 Junio 2016 17:33
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