En torno al viaje del “canciller” de las FARC, Rodrigo Granda, a Cuba, no surgen sino interrogantes. Es decir, hoy en esta columna no hay certidumbres sino puras inquietudes:
- ¿Alguien ha explicado o va a explicar la razón de la censura que se impuso a los periodistas -quienes fueron arbitrariamente interceptados por unidades policiales, camino al aeropuerto- el día en que Granda voló hacia la isla? ¿Quién ordenó a la Policía impedir físicamente a los comunicadores estar presentes en el momento de la partida? ¿Por qué?
- ¿Si el propio Granda afirma que no va a Cuba para hablar de paz, pues de ello debe hablarse sólo en Pradera y Florida, ni de liberación de secuestrados, sino que está en plan de descanso y para un chequeo médico, a qué titulo salió de la cárcel, y a qué titulo sale del territorio? ¿Alguna autorización judicial?
- ¿Si los delitos imputados a Granda son atroces, y no políticos, está cobijado por amnistía? ¿Por indulto? ¿Por una gracia especial, del Gobierno, gratuita y sin sustento jurídico? ¿O no debería estar libre?
- ¿Si Granda no es vocero de las FARC en un proceso de paz; ni existe proceso de paz en curso con esa organización; ni hay nadie de las FARC en Cuba (lo dijo Granda)…, qué justificación tiene el viaje?
- ¿Puede producirse esta salida del país en momentos en que otro país -Paraguay- está reclamando a Rodrigo Granda por el crimen de Cecilia Cubas?
- ¿Quién dispone de la libertad de una persona como Granda, según nuestro sistema jurídico? ¿Los jueces, como creíamos? ¿El Presidente de Colombia? ¿El Presidente de Francia?
- ¿Qué dice al respecto la Rama Judicial? ¿Qué dice la Procuraduría? ¿Qué dice la Fiscalía?
- ¿Qué estarán pensando los demás reclusos que albergan nuestras cárceles, la mayoría por delitos mucho menos graves, cuando sin justificación se otorga a un preso toda clase de beneficios, en una abierta discriminación? ¿Reclamarán el mismo trato?
- ¿La Contraloría General no debería establecer quién, y a qué título, se pagó el pasaje, el hospedaje y la atención médica del señor Granda? ¿Qué partidas presupuestales se están utilizando?
- ¿Quién autorizó estas vacaciones de Granda, y con base en qué disposiciones?
- ¿Habrá quizá motivo de responsabilidad de alguien en todo esto?
- ¿Servirá esta salida para algo distinto a la distracción del público sobre el tema de la parapolítica?
Todo esto necesita respuesta. Y no cualquier contestación superficial, como las que acostumbran los voceros oficiales.