JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ GALINDO
José Gregorio Hernández Galindo - Director de Elementos de Juicio
Lo que ha pasado en el caso del horrendo crimen cometido la semana anterior en Bogotá en la persona de Rosa Elvira Cely, además del impacto que de suyo causa reconocer que en el seno de nuestra sociedad -sin ninguna duda enferma, muy enferma y de gravedad- haya personas capaces de hacer lo que se hizo con una mujer, en total indefensión, en un paraje solitario -que debería estar vigilado- de la capital de la República, demuestra varias cosas acerca de la manera como está funcionando el Estado colombiano:
-Falta de vigilancia policial en muchas zonas del territorio distrital, en donde los delincuentes se mueven a su antojo. Al parecer, al menos en algunos sitios, los agentes de la policía solamente recorren nuestras calles para verificar si alguien conduce un vehículo que ese día tiene pico y placa".
-Demasiada demora en atender el llamado desesperado de la señora Rosa Elvira, gravemente herida y a punto de morir, como lo expresó telefónicamente a los funcionarios que le respondieron.
-Indolencia y violación de principios fundamentales, como el respeto a la vida, la prevalencia de los derechos sobre las formalidades y la igualdad. Mientras al ex ministro Fernando Londoño, el día del atentado con bomba cometido en su contra, lo condujeron sin preguntar nada a la Clínica del Country -y eso estuvo muy bien-, a Rosa Elvira, pese al ostensible estado en que se hallaba por causa de las bárbaras lesiones y torturas a las que fue sometida, le preguntaron si tenía seguro de salud, y cuando respondió que no, en vez de conducirla al Hospital San Ignacio -a dos cuadras del Parque Nacional en donde fue encontrada-, la llevaron al sur de la ciudad, al Hospital Santa Clara, dizque "en cumplimiento de los protocolos". Los "protocolos", entonces, son más valiosos que la vida de una persona, según piensan nuestras autoridades.
-Javier Velasco, quien ha sido capturado -en eso, la acción policial fue efectiva- y contra quien -dicen la Policía y la Fiscalía- hay numerosas pruebas, ya había sido condenado a una pena irrisoria por un anterior homicidio -por coincidencia, también contra una mujer-; tenía dos procesos más por delitos sexuales contra menores, y tenía orden de captura, pero andaba tan campante en su motocicleta buscando nuevas víctimas.
A este respecto, destacamos lo declarado en EL TIEMPO.COM (4 de junio) por su propio hermano:
"Olmos Velasco Valenzuela, el hermano de Javier Velasco, señalado de asesinar brutalmente a Rosa Elvira Cely, aseguró que su hermano nunca debió quedar libre, luego de asesinara a una mujer el 3 de junio de 2002, como lo reveló EL TIEMPO. "Después de la cárcel tuvo la oportunidad para que se rehabilitara pero ahí uno se da cuenta que el Estado y las autoridades no funcionan, porque él nunca debió quedar libre y vivir esa misma situación por segunda vez", afirmó el hombre, en su taller de mecánica en el barrio 7 agosto, de Bogotá. Javier Velasco, que fue capturado el pasado viernes en la noche, es responsable según la Fiscalía de torturar, violar y asesinar a Rosa Elvira Cely, una mujer de 35 años.
Hace 10 años pagó 15 meses de condena por el asesinato a una mujer, pero fue declarado inimputable luego de que Medicina Legal certificara los problemas mentales del hombre. Su hermano reconoció que el hombre tenía graves problemas de adicción al alcohol y a las sustancias alucinógenas. "Él se deprimió mucho cuando se enfermó mi mamá y empezó a consumir mucho alcohol de nuevo, al tiempo que estudiaba de noche pero lo notamos muy deprimido, muy vulnerable", dijo Olmos Velasco. Y agregó que su hermano Javier tuvo una familia con cinco hijos. "Cuando estuvo en la cárcel no lo abandonamos. Por el contrario, lo ayudamos para que tuviera una nueva oportunidad y se rehabilitara", afirmó".
Sobre el anterior crimen del mismo individuo, con una pena tan benévola (tres años), hay este otro testimonio, de la hija de la víctima (www.eltiempo.com, 4 de junio):
"La hija de Nasly Ochoa, la mujer que habría sido asesinada por Javier Velasco, detenido por la muerte de Rosa Elvira Cely, exigió justicia.