MEDIO METRO NO ES DESPLOME

01 Sep 2012
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POR OCTAVIO QUINTERO
 
No puede ser que proyectistas profesionales estimen el valor de una inversión en 3.400 millones de dólares y ya vaya por 4.900, y nadie haya dicho nada, como si de centavos estuviéramos hablando y no de un sobrecosto de 1.500 millones que vienen a ser como los ingresos que percibe el país por las exportaciones cafeteras de todo un semestre.
 
El asunto se sabe, como todo en Colombia, por circunstancias ajenas a nuestra propia voluntad. “Como sin querer queriendo”, decía el Chapulín Colorado. Como se supo lo del general Santoyo o como se ha venido desvelando el robo continuado de regalías e impuestos en Cerro Matoso.
 
Fue gracias (o por desgracia, dirán otros) a las trompadas intercambiadas entre el ministro saliente de Hacienda, Juan Carlos Echeverri y el presidente de Reficar, Orlando Cabrales.
 
Es en este proyecto petrolero de la Refinería de Cartagena (Reficar) en donde, en el lenguaje del aprendiz de maestro de obra, parece que medio metro no es desplome. Un sobrecosto del 44 por ciento, no tiene importancia. Sigan gastando muchachos a manos llenas y anchas que, por plata, no se preocupen. Ya viene en camino otra reforma (otra más) subiendo impuestos indirectos y ampliando la base tributaria y, quizás, eliminando parafiscales como los del Sena, Cajas de Compensación y Bienestar Familiar, que tanto incomodan a los empresarios.
 
Y si, además, a esta nueva reforma tributaria la reforzamos con una reforma pensional (otra más) que eleve la edad y las semanas de cotización para llegar a la vejez con una modesta pensión, pues mejor…
Por eso les digo, sigan gastando muchachos que “eso lo paga Roberto Ruiz”, decía el viejo porro decembrino.
 
Sabido el “insuceso”, como también decían en antes los reporteros judiciales para describir esos casos de infortunio personal, ahora resta por averiguar si fue por ese encontronazo entre el ministro y el ejecutivo que el presidente Santos decidió separar del cargo al ministro para reemplazarlo por otro cuyo “insuceso” de Dragacol, también conocido por la opinión pública gracias al azar, y olvidado ya como por arte de magia, tampoco tiene importancia.
 
Eso es lo que se llama “Buen Gobierno”: ¿No cierto, mí querido Watson?
Modificado por última vez en Sábado, 28 Junio 2014 20:16
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