Philip Seymour Hoffman en la película "The Master". Imagen: AP.
Philip Seymour Hoffman, uno de los mejores actores norteamericanos fue encontrado muerto –al parecer por un exceso de drogas-, el domingo en su apartamento de Nueva York.
Seymour reconoció, en varias entrevistas, sus adicciones a los medicamentos y la heroína. Las primeras informaciones que llegan a través de los medios, señalan que la policía de Nueva York, encontró su cuerpo en el baño con una jeringa insertada en uno de sus brazos y a su lado una bolsa con restos de heroína.
Cada una de las actuaciones de Seymour fue inolvidable y de él, solo se esperaban buenas películas. Aparentaba muchos más años de los que en realidad tenía (murió de 46) y no obstante, fue esa característica la que utilizó a su favor, para representar la vida de personajes mayores como la de Truman, en “Capote” por el cual ganó un premio de la academia como mejor actor; el recordado papel de Patrick Shanley, en “La Duda”, un cura de 60 años observado sigilosamente por la congregación y especialmente por la muy talentosa Meryl Streep, en su papel de Aloysius, que permitió una confrontación actoral brillante entre los dos o el personaje Paul Thomas Anderson en “The Master”.
Se va uno de los mejores del cine para dolor de todos los que seguimos su carrera con profunda admiración.