PARODIANDO A PACHITO

24 May 2013
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POR OCTAVIO QUINTERO
 
"Queremos paz pero sin impunidad",  afirma el exvice Francisco Santos en esa popular valla que abre su campaña a la Presidencia en las elecciones del 2014 y que la Corte Electoral, para más confundirse uno, ha encontrado que no se trata de propaganda política sino de campaña proselitista.
 
Pero el gran mensaje de la valla no es lo que pregunta Pachito “¿Adivine quién ha matado más policías?”, sino la inmensa afirmación que hace sobre la impunidad. Con solo cambiarle una palabra, todo Colombia podría adherir al mensaje del exvice: ¡“Queremos país, pero sin impunidad”!
 
Si en los últimos años hemos elegido presidentes en referencia a su lucha contra la subversión, que en el fondo es la misma idea de lucha por la paz, podría darse que en las próximas elecciones la idea dominante de la elección fuera por ese candidato que nos ofreciera la posibilidad de querer un país sin impunidad.
 
¿Qué tan lejos está la idea de paz (o guerra), según se mire, de la idea de impunidad? Nada: van par y paso. No se requiere mucha imaginación ni esfuerzo mental  para admitir que la guerra –toda guerra- parte de un hecho injusto que se torna en largo proceso de impunidad hasta que la gente, en demanda de justicia, termina por reclamarla de hecho y aplicarla en forma violenta.
 
Es la triste conclusión del parangón que la misma valla de Pachito establece entre el narcotraficante Pablo Escobar y el guerrillero Iván Márquez, sujetos tristemente célebres ambos porque, en medio de la impunidad nacional, su ley se puso por encima del Estado.
 
Y es el mismo parangón que como respuesta a la valla de Santos establece la valla virtual de las FARC divulgada en las redes sociales donde se compara al exvice con el paramilitar Mancuso porque, no nos metamos mentiras, ambos han tenido como aliada de su vida y milagros, sobre todo estos últimos, la impunidad.
 
Con lo que, para concluir, nos queda de frente una amarga verdad: el gran responsable de la impunidad es el mismo Estado y, cuando se proclama la paz pero sin impunidad, esta idea debe permear no solo el problema que tenemos con las FARC sino también con el establecimiento mismo de años atrás.
 
Hay que crear unas condiciones en que hagamos de Colombia un país de todos y no de unos grupos mafiosos que se disputan sus cuotas-partes a punta impunidad y, cuando por arte de birlibirloque algún capo cae, basta con que colabore con la justicia, le pida perdón a la sociedad y salga a su casa a encerrarse (entre comillas) unos cuantos años, y asunto arreglado.
Modificado por última vez en Sábado, 28 Junio 2014 20:16
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