COLOMBIA Y SU CIRCUNSTANCIA POLÍTICA

13 Oct 2012
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POR OCTAVIO QUINTERO

 
La elección de un presidente de izquierda en Colombia está lejos. Esa fue una posibilidad que se tuvo cerca hace poco con la candidatura de Carlos Gaviria. Si el exmagistrado hubiera sabido aguantar el asedio de Uribe desde afuera y el acoso de Petro desde adentro, otro Polo tendríamos. Pero no, y dejemos así…
 
Salido el exmagistrado del escenario político; fugado lucho hacia los verdes (su último aterrizaje) y  Petro hacia Progresistas; la Negra Piedad en Marcha Patriótica y el senador Robledo y Clara López todavía con el bacalao a cuestas de la alcaldía de Samuel que sigue hediendo a mierda, el Polo ha pasado de una primavera florecida a un otoño lánguido y lleno de brumas.
 
Por lo demás, el aguante de la gente a toda clase de abusos económicos, políticos y sociales, hace que Colombia sea un pueblo que todavía se merezca la clase de gobernantes que tiene.
 
Son tantos los exabruptos que se suceden en Colombia que uno solo de ellos sería suficiente para decir… ¡basta ya!: la Apertura Económica; el Proceso 8.000; el Caguán, la reelección del 2006 y la recientemente abortada reforma a la justicia, es apenas esbozo a mano alzada de una extensa lista que remata últimamente con sendas reformas tributaria y de pensiones, la primera con su eterna propuesta de generar más empleo merced al expediente de aliviarle la carga a las empresas; y la segunda también con su sonsonete de que “no hay cama para tanta gente” cuya solución, obvia, es forzar a que la gente se muera antes de llegar a pensionarse…
 
Y la gente aguanta: Y llegan las elecciones votando por los mismos con las mismas: los mismos congresistas de cuyo seno salen los magistrados de las altas cortes con las mismas mañas; salen las cabezas de las instituciones de vigilancia y control de la misma calaña. Se vota para nuevo Presidente que viene a ser un ilustre sucesor neoliberal con la misión de seguir arrasando con el Estado Social; se votan por nuevos gobernadores (y diputados) y nuevos alcaldes (y concejales) que llegan a ver cómo pagan bien sus confabulaciones electoreras.
 
Si las elecciones en Colombia fueran mañana, tal vez no votaría. No hay por qué ni por quién. Y sería consciente que con mi abstención, le haría más fácil el camino a los mismos con las mismas. Quizás eso es lo que necesitamos: que estos bárbaros neoliberales acaben de una vez con el Estado social, a ver si por fin nos vamos de catarsis.
Modificado por última vez en Sábado, 28 Junio 2014 20:16
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