ACTITUD INEXPLICABLE

12 Jul 2010
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El rechazo a la anunciada demanda de reparación directa  que entablaría Ingrid Betancourt ha sido tan generalizado como  lo fue el repudio a su secuestro.
 
Esto sucede así por cuanto, con independencia de si la acción está o no llamada a prosperar –lo que únicamente definirán los tribunales, previo examen de los pormenores del caso-, la gente no es boba, y sin necesidad de mayores estudios  jurídicos, llega con prontitud a sus propias conclusiones y  no le cree a alguien que solicita  audiencia de conciliación para pedir quince mil millones de pesos  y a la vez aparece en la televisión afirmando que se trata de una cantidad simbólica, no para ella  sino para los otros ex secuestrados, y que adora al Ejército colombiano.
 
No vamos a caer en la atrevida  práctica de fallar mediante columna periodística, ya que ello no nos corresponde.  Pero sí podemos consignar algunas opiniones sobre el tema:
 
-¿Por qué Ingrid presenta la solicitud de conciliación, paso necesario y requisito de procedibilidad para demandar, y después expresa que jamás pensó en ello? ¿No es mejor la sinceridad?
 
-Si lo que Ingrid quería era ventilar públicamente cuáles fueron las circunstancias del plagio, nadie entiende la razón para hacerlo tras dos años de su libertad –lograda por el Estado-, habiendo tenido acceso en ese tiempo –y como nadie- a todos los medios de comunicación, tanto nacionales como  internacionales.
 
-Si tal era su  intención, no se ve el motivo para  disfrazarla, cuando con toda legitimidad habría podido lograr un examen minucioso de los hechos y antecedentes del caso. Claro está, sin negar que firmó lo que firmó, y sin olvidar que en el momento de adentrarse en la selva proclamó que lo hacía por su cuenta y riesgo, y con advertencias oficiales de sobra acerca del peligro que corría.
 
-Si el propósito era el de buscar indemnización para compañeros suyos de secuestro, resulta extraño que la solicitud la haya presentado a la Procuraduría en su propio nombre y en el de su familia, sin mencionar a nadie más. Entre otras cosas, en este  evento ella carecía de legitimación en la causa.  Además, cada cual puede presentar, si quiere, su específico reclamo, sin necesidad de acudir a la demanda de otro. Los casos no son iguales.
 
-Y lo más exótico: según Ingrid, los “únicos culpables”  de su secuestro son las FARC. Entonces, ¿por qué demanda al Estado?

En fin, contradicciones y actitudes inexplicables.

Modificado por última vez en Sábado, 28 Junio 2014 20:16
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