VAMOS A LO SUSTANCIAL

13 Ene 2009
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En el caso de la liberación de secuestrados por acto unilateral de las FARC -que todos deseamos se convierta en realidad muy pronto- resulta necesario precisar varias cosas:


Ante todo, si bien lo deseable sería que quedaran en libertad inmediata todas las personas privadas injustamente de ella, la promesa del Secretariado sobre liberación de seis de sus cautivos es de suyo alentadora, por lo cual tanto la sociedad civil como el Gobierno deben prestar su concurso para la pronta cristalización de ese objetivo humanitario.


La guerrilla ha consentido finalmente en la participación de la Cruz Roja Internacional, superando la desconfianza que había causado la inadecuada utilización del símbolo del CICR durante la operación “Jaque”, factor que contribuirá sin duda al buen éxito de las gestiones emprendidas por la Senadora Piedad Córdoba.


El Gobierno, por su parte, ha flexibilizado su posición inicial, que hablaba de una “trampa” o “celada” de las FARC; ha autorizado a la Senadora Córdoba para proseguir en su actividad, y ha mostrado una buena disposición para facilitar la liberación de los rehenes.


Lo último al respecto ha consistido en dar respuesta a la exigencia de las FARC sobre mediación de un Estado diferente al colombiano, y nos parece que con buen tino el Presidente Uribe ha señalado la posibilidad, muy importante, de que ése Estado sea el Vaticano, mediante la designación por el Papa Benedicto XVI de un delegado suyo.


Hasta el momento en que esto escribo, no se conoce una posición oficial de las FARC al respecto, ni tampoco comunicación alguna de la Santa Sede, pero la idea del Presidente no solamente es aceptable sino muy buena, y es de esperar que obtenga una respuesta positiva.


Lo que importa no es quién o quiénes tomen parte en los trámites que conduzcan al objetivo deseado. En esto, como en todo aquello que toca con los derechos básicos, importa primordialmente lo sustancial. Y lo sustancial en materia de liberación de secuestrados es eso y no otra cosa: ni el protagonismo; ni el show; ni los objetivos políticos; ni los mecanismos que accidentalmente se utilicen. Lo trascendental es precisamente que las víctimas del horrendo crimen puedan volver al seno de sus familias.


En ese orden de ideas, tengo la impresión de que, desde el anuncio de las FARC sobre la libertad de seis personas, ha retoñado la esperanza de las familias afectadas y del país entero, pero también, a medida que pasan los días, el trámite demorado y las condiciones, puestas en cuestiones puramente formales, dilatan sin necesidad la entrega real de los secuestrados, y entonces se prolongan la tortura y la ilusión simultáneamente, lo cual es desconsiderado con las familias y con el país.


En consecuencia, es imperativo solicitar a quienes tienen en sus manos las decisiones, especialmente la guerrilla, que dejen de lado los asuntos menores, y que avancen hacía la efectividad de la promesa.

Modificado por última vez en Sábado, 28 Junio 2014 20:16
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