LA CALENTURA NO ESTÁ EN LAS SÁBANAS SINO EN LA FIEBRE DEL ENFERMO

18 Jul 2008
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Se han dado a conocer, muy parcial e improvisadamente, algunas ideas -más que propuestas- de la Comisión de Ajuste Institucional creada por el Gobierno, sobre posibles reformas ordenadas a solucionar de alguna manera la crisis que desde hace meses afronta el país por cuenta de la denominada "parapolítica".
De una parte, ya habíamos dicho que el tiempo otorgado a los juristas en mención para entregar los resultados de sus estudios era demasiado corto, si se desea en realidad estructurar una iniciativa seria, armónica y completa, para los objetivos buscados. Ya han pedido prórroga del término inicial, que vencía el 20 de julio, y el Gobierno ha accedido a ampliarlo hasta el próximo 31 de julio. No es mucho tiempo, y en verdad, para una reforma política nos sigue pareciendo que se sigue improvisando. Y nada garantiza que al Gobierno le gusten los criterios que los comisionados plasmen en su pre-proyecto, ni tampoco que el Congreso le imparta su aprobación.
En todo caso, por los primeros datos que nos suministran, concluímos ya que -habida cuenta de las materias que serán tratadas- se necesitará reformar la Constitución, luego deberá reiniciarse el proceso correspondiente, que según el artículo 375 de la misma, se tomará al menos dos períodos ordinarios y consecutivos. En otros términos, no tendremos reforma sino hasta dentro de un año, por el mes de junio, y nos preguntamos si será oportuna frente a la crísis, y si hay una diferencia que valga la pena entre este nuevo proyecto de reforma y el que nuestro Gobierno resolvió hundir, que se adelantaba en el Congreso y que ya iba por el séptimo debate. Eso significa que ya, hoy, tendríamos la reforma totalmente en vigor.
En cuanto a las ideas hasta ahora divulgadas, no son de mucha profundidad, y las que tienen un contenido más sólido son las que -divulgadas anoche en un noticiero de televisión, sin que las haya mostrado oficialmente la Comisión- tienden a establecer garantías judiciales a los congresistas: la doble instancia y la separación entre las funciones de investigación y juzgamiento, la primera de las cuales se le quitaría a la Corte Suprema de Justicia, como castigándola por sus actuaciones recientes, pasándola a la Fiscalía.
Ahora bien, sea cual fuere esa normatividad -quizá tardía o inane respecto al problema actual del que se trata-, sigue siendo cierto que, como muchas veces los hemos dicho, más que de normas, este asunto de la corrrupción de la política y de la injerencia de organizaciones delictivas en la configuración del Congreso es sobre todo una cuestión de personas; de principios, más que todo morales; de la inconcebible inversión de valores y de la ética degradada de una sociedad que tristemente ha caído muy bajo por haber perdido el norte.
Hay en el fondo un problema crónico y muy grave de formación de quienes aspiran a regir los destinos públicos, quienes quieren lograrlo todo con facilidad dentro del criterio maquiavélico que enseña que el fin justifica los medios. En nuestra actual sociedad -al menos, parece que eso piensa la mayoría-, todo vale, para cualquier cosa. La ética y los principios no importan. Y en cuanto a las normas constitucionales o legales, bien pronto se encontrará la manera de burlarlas. La calentura no está en las sábanas, sino en la fiebre de la persona enferma. 

Modificado por última vez en Sábado, 28 Junio 2014 20:16
Elementos de Juicio

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