Cada niño tiene el derecho humano fundamental de estar a salvo. El abuso y la negligencia contra un niño amenazan su seguridad, exponiéndolo al riesgo de sufrir daños físicos y emocionales, e incluso la muerte. El abuso y la negligencia contra los niños ocurren en todos los grupos culturales, étnicos, ocupacionales y socioeconómicos. (…) Los padres tienen el derecho fundamental de criar a sus hijos y nuestra comunidad supone que harán lo mejor para ellos. Cuando los padres no protegen a sus hijos de daños y los exponen al riesgo de abusos o negligencias, la comunidad tiene la responsabilidad de intervenir y proteger la salud y el bienestar de los niños.
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