MÁS ALLÁ DE MAQUIAVELO: DIVIDIR PARA USURPAR

29 Jun 2008
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Los días de Evo Morales como presidente de Bolivia parecen contados. Y ojalá estuviera equivocado. Pero, lamentablemente, lo que se ve en esos referendos autonómicos, que más claro resulta llamarlos separatistas, de Santa Cruz, Beni, Pando, Cochabamba y Tarija, es la ilusión de unos pueblos que dicen luchar por su libertad económica pero que, en el fondo, lo que están es allanando el camino para que las grandes transnacionales petroleras, gasíferas y mineras vuelvan a dominar a sus anchas, ellas sí con plena autonomía, la explotación de los recursos naturales de Bolivia que el gobierno de Evo iba logrando repatriar al país.
Los resultados de estos referendos vienen siendo otro enigma electoral, pues, se nos informa que han sido aprobados por arriba del 80 por ciento, lo que indicaría que ha habido en los dos últimos años un cambio poblacional en Bolivia que para el 2006 tenía una composición de 62 por ciento de indígena y 30 por ciento de mestiza.
Alguien, entonces, puede preguntarse absolutamente perplejo, como yo: ¿Quiénes diablos componen ese 80 por ciento que ha aprobado los referendos autonómicos?
La evidencia que en Colombia tenemos de la injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos de este país; más la historia que se nos cuenta a posteriori de las artimañas políticas y criminales de que se ha valido el Imperio, como en Chile, por ejemplo, para desestabilizar los gobiernos socialistas, lo eximen a uno de las obligadas ‘fuentes fidedignas’ para decir, sin temor a rectificaciones, que el Imperio tiene metida la mano en estos movimientos autonómicos que le mueven el piso al gobierno nacional de Evo.
El asunto es que la caverna más cerrada del capitalismo salvaje en el campo económico y de la expansión geopolítica del Imperio, ha encontrado en la autonomía regional el talón de Aquiles sobre el que últimamente disparan sus flechas los arqueros del Imperio, abiertamente enrolados en los organismos de inteligencia castrense como la CIA y la DEA y, por supuesto, en la oligarquía gringa, o agazapados en instituciones camufladas de entidades de beneficencia o medios de comunicación como la USAID, el IRI (Instituto Republicano Internacional), el NDI (Nacional Democratic Institute) y muchas, pero muchas otras organizaciones gringas especializadas en infiltración, subversión y desestabilización institucional que se traslapan en contubernio público con la oposición política y organizaciones nacionales del respectivo país que ose desafiar las políticas neoliberales de la gran oligarquía gringa.
Y ojo, que cuando Estados Unidos descubre las partes débiles del flanco izquierdo de la democracia, le da y le da con todo. En el pasado reciente, Noam Choski nos ilustra bien sobre el terrorismo de Estado aplicado en Honduras, Salvador y Nicaragua; o del crimen de Gaitán en Colombia y Salvador Allende, en Chile.
Como son los tiempos, así las cosas. Ahora es con la falsa autonomía que ha cogido vuelo en Bolivia y se agita en Venezuela y Ecuador. Así, desde la Patria de Bolívar se nos informa sobre la financiación dizque de grupos cívicos y juveniles que sacan a las calles en protesta contra la implantación del Socialismo del Siglo XXI; o en Ecuador contra el modelo económico propio de Correa y, por supuesto, en Bolivia, contra la repatriación de los recursos naturales emprendida por el gobierno de Evo. Paradójicamente, esas mismas alianzas macabras con empresas y medios de comunicación, que acullá sirven para desestabilizar, aquí son usadas para atornillar al poder a su más dilecto aliado, Álvaro Uribe Vélez, quien goza de una abrumadora y sospechosa aceptación pública no propiamente por su buen gobierno, cuya principal lucha contra el narcotráfico está perdiendo, sino por su buen comportamiento con el Amo. Uribe es a Estados Unidos como el estudiante sapo al profesor: que siempre saca excelente aunque no sepa ni pío.
Debemos quedar notificados, con el ímpetu separatista en Bolivia, y con los clarines que se escuchan sobre el mismo tema en Venezuela y Ecuador, que en Latinoamérica la injerencia del Imperio no es solamente por la vía armada como en Colombia con sus planes Patriota y Colombia, sino con la disfrazada potestad autonómica en estos casos, que le permite al sátrapa, dividir para usurpar, pasando de lo maquiavélico a lo criminal.

Modificado por última vez en Sábado, 28 Junio 2014 20:16
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