A primera vista, frente a un televisor, un hipopótamo irradia una sensación de ternura tan grande como la que manifiesta un oso de peluche o un leoncillo de felpa, esos animales que proliferan encima de los cubre lechos de nuestras queridas esposas y de nuestros adorados hijos. Su piel, extensa y suave, cuando más húmeda, con una cabeza que en ocasiones resulta pequeña para tan grande cuerpo; despachando mayor simpatía cuando se veían en familia: macho, hembra y cría.
Los hipopótamos perdidos sin oriente en territorio colombiano tendrán que ser sacrificados debido a que no se tiene las herramientas jurídicas y operativas para ubicarlos en un lugar que ofrezca garantía de su integridad.
Las enciclopedias libres enseñan que un animal de esta clase puede pesar entre 1.500 Y 1.800 kg., los machos, y entre 1.300 y 1.500 kg., las hembras; pueden medir hasta 4,5 metros de longitud. Son animales semiacuáticos. Habitan en los ríos y lagos de África sub-sahariana, en grupos de hasta 40 individuos. Durante el día reposan en el agua o en el fango. Al anochecer se activan y salen a comer hierba.
En algunos medios de comunicación se ha informado que los hipopótamos que moran la Hacienda Nápoles fueron traídos a territorio colombiano conforme a la reglamentación existente de la época. La pregunta que surge es si dichos trámites fueron realizados como se habituaba materializar el sueño del más famoso capo del narcotráfico a nivel mundial, Pablo Escobar, quien tenía a sus pies cuanta autoridad necesitara para cumplir sus cometidos.
Los zoológicos y parques de diversiones, ante la decisión de la autoridad competente, aunque tarde, deberán hacer el mejor esfuerzo para evitar el sacrificio de la hembra y la cría que vagan por territorio desconocido y poco apto para su desarrollo, ya que Pepe, como se le conocía al macho, fue víctima de la falta de recursos para asegurar su supervivencia.
Las autoridades también tendrán la obligación de aprender de estas situaciones que causan desconsuelo e impotencia para prever otras tantas que se pueden presentar con especies en vía de extinción, que como producto de personas que para presumir dejan de lado la conservación y el hábitat al que pertenecen estas criaturas, las trasladan a entornos en los cuales a futuro ven amenazada no solo sus vidas sino la de sus crías.
Mientras Pablo Escobar gozó durante un tiempo de la inmunidad parlamentaria, a propósito de esta figura, Pepe murió asediado de un grupo de uniformados, por gracia de Dios no en un falso positivo. Sin embargo, cada vez que oigo que un animal ha sido sacrificado ante el vacío jurídico, técnico y operativo de nuestras autoridades en estos casos, me da hipo y la única medicina que me quita el hipo, es tomarme una cucharada de azúcar. En este país, donde por acción o por omisión se extingue la especie animal, terminaré diabético.