PARA REFLEXIONAR: ¿Qué puede hacer la sociedad en contra de los violadores que pagaron su deuda con la ley y la sociedad y finalmente quedaron libres? ¿La cárcel habrá cumplido su misión de reincorporación a la sociedad a quien habiendo pagado su condena y no se le ha probado la comisión de un nuevo delito de violación, muestra no tener signos de arrepentimiento, ni se somete a terapias que le permitan corregir los trastornos que lo llevaron algún día a prisión?
¿Qué instrumentos jurídicos le ofrece el derecho penal a la sociedad frente al peligro que corre, cuándo quién habiendo violado niñas, niños y mujeres se encuentra en libertad por el pago de su pena? Los especialistas dicen que poca o ninguna. La sociedad se encuentra totalmente indefensa y no existen mecanismos jurídicos que puedan hacer nada. Es más, afirman que mientras la sociedad ha ido construyendo asociaciones de víctimas de otros delitos, las personas que fueron objeto de violaciones se encuentran totalmente solas. En muchos de los casos y por obvias razones ni siquiera fueron indemnizadas. Aunado a eso, sus victimarios, una vez libres, no pertenecen a grupos o líderes que los puedan dirigir o limitar, obedecen a sus propios impulsos individuales y nadie puede predecir qué tipo de conducta asumirá el violador una vez se encuentre libre.
Lo más grave es que el tema solo es abordado por la sociedad, cuando se presenta una tragedia, como fue el caso de Rosa Elvira Cely, atacada en el año 2012[1] en el Parque Nacional; sólo en ese momento se reabre el debate que meses después, la misma sociedad violentada por la dimensión de los hechos, olvida.
Para expertos en la materia, el problema que afronta la sociedad en estos temas es complejo pues no existe una fórmula mágica que termine librándola de la mira de este tipo de criminales. Se afirma que el violador tiene un problema mental más no sexual y que la castración –una de las muchas soluciones formuladas- no es la solución, pues el violador reincidente usa sus genitales igual que un maltratador usa un cuchillo y de no tenerlo, agrede a su víctima con palos y botellas o cualquier objeto que encuentre en su camino. Foto de: Everett Colecction
[1] El violador Javier Velazco Valenzuela había pagado cárcel por homicidio. Pago la condena y estaba libre en el año 2012 cuando violó y mató a Rosa Elvira Cely, aun cuando contra él, pesaba una orden de captura por violación en contra de una de sus hijastras.
