Por LUDOVICO ARIOSTO
(A propósito de una reunión indebida)
Con independencia del fondo de la decisión adoptada por la juez de control de garantías, MARÍA DEL CARMEN VALLEJO en el sentido de dejar libre al procesado Carlos Cárdenas a quien la Fiscalía tiene señalado como posible autor del homicidio cometido en la persona del estudiante Luis Andrés Colmenares, y de si hay o no responsabilidad penal del incriminado –asuntos que debemos dejar en manos de la administración de justicia, confiando en ella a pesar de todo-, lo cierto es que causa extrañeza, preocupación, desconfianza y hasta decepción saber que el abogado de Cárdenas, el ex fiscal Mario Iguarán, de quien se debería esperar, más que de cualquier otro, el buen ejemplo en el comportamiento profesional de un abogado, haya optado por defender a su cliente y buscar su libertad mediante previa y sospechosa reunión de al menos 40 minutos, en privado, con la mencionada funcionaria judicial. Así lo muestra el video oficial que hoy está en todos los medios de comunicación.
Además, también en esa audiencia, hubo varias irregularidades que deben ser investigadas, entre ellas el hecho de haber salido sorteada en dos ocasiones la misma juez, lo que ha generado gran extrañeza entre la ciudadanía que, como se sabe, sigue paso a paso todas las incidencias de este proceso en razón de los muchos misterios que lo rodean. El primero de ellos, el relativo a la búsqueda del autor o los autores del homicidio cometido.
De otro lado, la señora Juez no hizo un análisis integral de los elementos aportados al proceso, y tomó su determinación sin convencer.
Me ha parecido muy pertinente, entonces, la decisión que –no por este caso solamente, sino por muchos otros- nuestro Director haya resuelto abrir en la página de ELEMENTOS DE JUICIO una sección destinada a refrescar la memoria de abogados, funcionarios, jueces, fiscales…sobre los deberes, cargas y obligaciones que no se están cumpliendo en los procesos.
Ahora bien, aparte del caso específico pero sí cada vez que se presentan hechos como el que comento, que el Dr. Iguarán y la Juez Vallejo deberían estar ya explicando al país –no con respuestas melifluas sino directas y claras-, uno confirma en general que, como lo dijimos muchas veces, los problemas de la justicia en Colombia no están en las normas sino en el comportamiento, la actitud y la mentalidad habilidosa y desleal, la falta de moralidad y de compromiso de las personas, todo lo cual se resume en dos palabras: ineptitud y corrupción. La segunda procura disimular la primera, en la convicción, contraria a los principios de la ética, según la cual el fin justifica los medios.
Como expresa el Evangelio: “Si la sal se corrompe, ¿con qué se salará?”