LOCOMOTORA DESBOCADA

10 Sep 2012
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POR OCTAVIO QUINTERO

Foto wikilosrios.cl
 
 
Bueno, el común de todos nosotros los colombianos estamos percibiendo  la “Locomotora Minero-Energética” (ME), nociva solo desde el muy importante campo ecológico y ambiental, quizás porque en el fondo somos todos Naturaleza y nos duele, consciente o inconscientemente, todo lo que con Ella acontezca.
 
Debates hoy tan crudos e importantes como el de Santurbán o Cerro Matoso, no requieren más que de su enunciación para saber de qué hablamos. Tampoco nadie negaría, con razón, que buena parte del alzamiento indígena del Cauca, que todos aplaudimos por su coraje y valentía, no fue más que en defensa de sus territorios amenazados por esta locomotora estatal en busca de nuevas fuentes energéticas o ricos minerales, algunos de grado estratégico por su valor como materias primas de esenciales productos de la industria telemática.
 
Pero esta locomotora corre desbocada como el “carro loco” de los Simpsons, y va destruyendo, como devastador tsunami, toda la economía nacional.
 
En varias ocasiones el avezado analistal, Eduardo Sarmiento, se ha referido al asunto, señalando algo así como que la minería no es locomotora porque no solo no jalona otros sectores sino que contribuye a su depresión por los efectos colaterales que causa en la concentración de la inversión extranjera directa (IED) y la consiguiente revaluación de la moneda local que, a su vez, afecta los ingresos del país por exportaciones.
 
Más recientemente, otro veterano del análisis económico, Carlos Gustavo Cano, actual codirector del Banco de la República y exministro de agricultura advirtió que (…) “Una ‘bonanza’ no debe confundirse con una bendición”, en referencia directa al ímpetu de la llamada “Locomotora Minero-Energética”.
 
Al centrar su extenso análisis sobre este capítulo (ver su conferencia del 07/09/12 ante Asocolflores: "El momento económico"), Cano destacó que, si bien la mencionada locomotora llega a una participación del 7 por ciento en el PIB total (igual que el Sector Agropecuario), genera el 40% de los ingresos de la balanza de pagos y el 70% del total de las exportaciones; capta cerca del 85 por ciento de la inversión extranjera directa (IED), es la principal fuente del mercado de divisas en el país y aporta aproximadamente un 25 por ciento del total del recaudo de impuestos estatales (sin incluir los muy importantes aportes de Ecopetrol), todo esto apenas con una generación de 250.000 empleos directos.
 
Todos hemos oído hablar (en economía) de la “enfermedad holandesa” como aquella causada por un producto, por lo general asociado a los recursos naturales no renovables, que se convierte en el único medio de generación de riqueza a costa de todas las demás actividades productivas del país. Eso es lo que describe en el párrafo anterior el codirector del Banco de la República para concluir: “En la medida en que las entradas de capital destinadas a dichas actividades minero-energéticas predominen sobre  el resto de la economía; y, como resultado,  en que de la misma forma y proporción evolucionen sus exportaciones, se provocan fuertes presiones sobre  la revaluación  del peso con el consiguiente debilitamiento de la competitividad de los  sectores transables como agro e industria”.
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Fin de folio: Que un sector tan importante en las Cuentas Nacionales, solo produzca un poco más del 1 por ciento del empleo nacional, se hace indeseable. Esta locomotora minero-energética de Santos nos lleva al abismo…
 ¡Fasten your belts!
Modificado por última vez en Sábado, 28 Junio 2014 20:16
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