POR OCTAVIO QUINTERO
¿"Paz sin impunidad"?
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Primero fue el exvicepresidente, Francisco Santos: “Paz sin impunidad”.
Luego fue el Partido Conservador: “Paz sin impunidad”.
Vinieron después los medios de comunicación: “Paz sin impunidad”.
Y ahora todos piden: “Paz sin impunidad”.
¿Pero, puede haber paz sin impunidad?
¿Qué es la paz? ¿Qué es la impunidad?
Bueno, hasta donde la lógica abarca, se entiende que paz es el pacto o convenio suscrito entre dos partes que se han ido a las armas para saldar diferencias y, en medio del fragor, se matan entre sí.
La paz es perdonar: “Mi paz os dejo, la paz os doy. No mires mis pecados”…
Hacer la paz es olvidar que fuimos enemigos. Es como un borrón y cuenta nueva. Si no, no hay paz.
Esa paz que se pacta “con reservas mentales sobre algunos objetivos” (sin impunidad, por ejemplo), no es más que la cuota de una nueva guerra en el futuro inmediato.
Ahora, ¿qué es impunidad?... Es la falta de castigo.
Si se quiere “paz sin impunidad”, entonces se está pidiendo castigo a los hechos protagonizados por los bandos en contienda.
¿Cuáles son los crímenes de las Farc? ¿Cuáles los del Estado? ¿Ante quién se deben confesar? ¿Y quién debe castigar a quién?
Bueno, si nos vamos por aquí, a los diálogos no se les debiera llamar “mesa de paz” sino confesionario, y la agenda sería solo de dos puntos: 1) cuéntame tus crímenes y, 2) Yo te cuento los míos…
Pero, ahí nos volveríamos a enredar: ¿Quién castiga primero a quién? O, podría darse un castigo simultáneo de tú me das yo te doy. Eso sería, sencillamente, seguir en la guerra.
Porque, no nos metamos mentiras: criminales son las Farc y criminal es el Estado. Eso del monopolio de las armas… es otro cuento que debe entenderse como la capacidad que tiene un Estado de hacer justicia o, también, impedir la injusticia.
Quienes echaron el globo al aire de “paz sin impunidad”, ¿podían arrojar esa primera piedra? ¿El uribismo, por ejemplo, está exento de pecado?; ¿o el Partido Conservador, los empresarios e, inclusive, la misma Iglesia?
Insistir en un proceso de paz sin impunidad es exigirle al contrincante una capitulación sin condiciones… Y, entonces, no perdamos más tiempo en la Habana y sigámonos echando bala hasta “el fin del fin”, en términos de Santos, cuando era ministro de Defensa. ¿Lo recuerdan?