LUDOVICO ARIOSTO
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Ayer salió de Hong Kong el ex agente de la CIA y de la Agencia Nacional de Seguridad norteamericana Edward Snowden, y se dirigió a Moscú. De allí se traslada, al parecer, a la Habana, Cuba, para finalmente llegar a Quito, Ecuador, si el gobierno de Rafael Correa, como lo hizo con Julián Assange, le concede el asilo político. Recordamos que el fundador de Wikileaks acaba de cumplir un año asilado en la Embajada ecuatoriana en Londres.
Este tema presenta varios aspectos dignos de análisis.
En cuanto a Snowden, este sábado el gobierno norteamericano lo pidió en extradición, pues le ha iniciado proceso penal por robo y violación de la reserva, delitos en los que, según el país solicitante, habría incurrido al divulgar documentos y datos gubernamentales reservados en los que quedó al descubierto el plan oficial de interceptación de comunicaciones, correos electrónicos y llamadas telefónicas de los ciudadanos estadounidenses. Este último es un programa de vigilancia masiva que, como lo han expresado Human Rights Watch y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, implica una extralimitación de poder que lesiona la libertad de pensamiento, la libertad de expresión y el derecho a la intimidad, garantizados en la Constitución de los Estados Unidos.
Ecuador ha anunciado que estudia el pedido de asilo para proteger la libertad de expresión y el derecho a la información, aunque muchos consideran contradictoria esta actitud, ya que el Gobierno de Correa se ha enfrentado a la prensa, desconocido esas libertades en su país y hasta creó una Superintendencia de Información, que ejerce la censura sobre los medios.
El artículo 30 de la llamada “Ley mordaza”, en el Ecuador, prohíbe la publicación de cualquier información protegida por el estado bajo claúsulas de reserva.
Ahora bien, el analista de seguridad Edward Snowden no está dispuesto a entregarse a las autoridades norteamericanas por cuanto estima no gozar de garantías procesales; no confía en la justicia de su país, y piensa inclusive que en los Estados Unidos su propia vida corre peligro.
Un caso muy similar al de Julián Assange, quien precisamente ha aconsejado a Snowden la solicitud de asilo político al Gobierno Ecuatoriano. La decisión de esta país, que se espera para las próximas horas, definirá la situación jurídica del exfuncionario y el presidente Rafael Correa ha manifestado que estudiará con cuidado la solicitud de asilo.