En las elecciones del 12 de marzo se decidirá mucho más que la simple composición de Senado y Cámara y que los nombres de los candidatos oficiales del Partido Liberal y del Polo Democrático Alternativo:
- Se decidirá si, en caso de ser reelegido el Presidente Álvaro Uribe, contará con unas mayorías suficientes para sacar adelante sus propuestas en los próximos años. Se espera que sean de fondo. Vamos a ver cuáles, pues los cuatro años anteriores se fueron, dos en el frustrado referendo y dos en la aprobación de la reelección para el período inmediato.
- Se resolverá si el Congreso continúa en su integración con el porcentaje que los paramilitares han venido reclamando en las cámaras actuales.
- Se tomará partido acerca de si permanece y logra estabilizarse la Constitución Política de 1991, o si se la sigue desmontando, por partes y sin armonía, como viene aconteciendo.
- Se escogerá entre aprobar o improbar el TLC, que ya ha sido acordado por el Gobierno. Algunos de los candidatos han expresado su opinión, favorable o adversa, a ese Tratado, y, al sufragar, los colombianos deben tener en cuenta la posición correspondiente.
- Se seleccionará entre un Congreso fiscalista, amigo de aprobar otras cuatro reformas tributarias, y un Congreso que asuma genuinamente su representación de los intereses populares.
- Se determinará si el Congreso del 2006 profundizará en la consolidación de los esquemas neoliberales en lo económico, o si los nuevos congresistas actuarán efectivamente a favor de una normatividad que procure un viraje en el modelo, hacía el Estado Social de Derecho.
- Diremos en las urnas si queremos un Congreso que despenalice el aborto, la droga y la eutanasia, que permita el matrimonio entre homosexuales y que relativice todavía más los principios morales, o si preferimos afirmar los valores cristianos.
- Se dirá si habrá de ser conformado un Congreso amigo de las prácticas clientelistas o uno seriamente comprometido con la prevalencia del interés público y con la transparencia de los procesos políticos.
- Se optará entre una Rama Legislativa en su mayoría arrodillada y entregada al Ejecutivo, y un Congreso autónomo, libre e independiente, que cumpla en efecto su función de control político.
- Se decidirán, en fin, muchas cosas más de extraordinaria importancia para el futuro inmediato de la República, aunque, infortunadamente -es menester reconocerlo-, en esos asuntos no hay suficiente ilustración para los votantes. Ellos, en su mayoría, ignoran por quiénes habrán de sufragar, pues en buena parte no saben lo que los candidatos piensan en los asuntos indicados. Además, no los saben identificar en la tarjeta electoral.