POR JOHN MARULANDA
Llevamos cuarenta años tratando de entender de qué, de quién o de quiénes nos quiere liberar este grupo, dirigido mucho tiempo por un cura español, alias "Poliarco", quien tuvo una hija con una monja, autorizó el asesinato de un obispo católico y murió de hepatitis.
Hoy, los sexagenarios mandamases del eln aún creen que en Colombia los ciudadanos corrientes queremos vivir como los de Cuba, su patria putativa.
Claro es que no quieren retirarse sin lograr algún tipo de beneficio del Estado que no pudieron derrocar por las armas como era su intención, incentivada desde La Habana a partir de 1964.
Recordemos: luego de "purgar" la organización, asesinando a muchos de sus fundadores, acusándolos de traidores y una vez abatido Camilo Torres, la estructura agonizó con la Operación Diamante, que desbarató su red urbana en Bogotá y la Operación Anorí en Antioquia que desvertebró su aparato militar a principios de los 70.
El grupo se dividió y en los 80, guiado por el mencionado "Poliarco ", se revitalizó en Arauca gracias a sus amigos, los alemanes que construyeron el oleoducto Caño Limón-Coveñas, y quienes, a mediados de los 90, los pasearon por Europa gracias al "lobby" de los esposos espías Mauss, el parlamentario Schmidbauer y monseñor Stehle.
Sus acercamientos y pretensiones con los gobiernos de Betancur, Samper, Gaviria, Pastrana y Uribe desgastaron su imagen y minimizaron su credibilidad.
Actualmente están reducidos en número, usan niños en primera línea, no tienen generación de relevo y no son bienvenidos en Apure, Venezuela, en donde el Frente Bolivariano de Liberación o "Boliches", más amigo de las Farc, los mantiene arrinconados en un campamento próximo a la población de La Victoria, al frente de Arauquita, pueblo colombiano base de la banda "Domingo Laín Sáenz" nombrada así en "honor" de otro cura español que también vino a matar colombianos ¿para liberarnos?
El secuestro reciente de unos geólogos extranjeros y las últimas voladuras de oleoductos, muestran su vocación terrorista y saboteadora mientras el poco claro "secuestro" de dos alemanes en Catatumbo me hace sospechar de otra intervención del gobierno germano a favor del eln: otro tour por Europa no les caería mal. Sus compañeros de crímenes, hoy "rehabilitados", barbudos unos, posan de píos buscadores de paz o bien afeitados, otros, de analistas de la seguridad nacional.
Con la frágil hipótesis del supuesto optimismo que generan los diálogos de La Habana, estos y otros amigos encubiertos del grupo, lo promueven como el complemento perfecto para una paz negociada en el país. Triste falacia que el colombiano común no acaba de creer. Y considero adecuada la posición del Gobierno al no aceptar cantos de sirenas ni propuestas maliciosas. Así vengan de Alemania.