POR OCTAVIO QUINTERO
El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, perdió toda autoridad de negociación de problemas del sector agropecuario, cuando tuvo que hacerse a un lado para que el vicepresidente, Angelino Garzón, le resolviera el asunto de los cafeteros, que ya pasaba de castaño a oscuro.
En la parrilla de la problemática agropecuaria se cocinan otros problemas socioeconómicos que, si no tienen el mismo peso político de los cafeteros, medido por su peso social, significan un reto de igual o mayores proporciones.
Es evidente que el ministro Juan Camilo ha sido llevado al “matadero” por el presidente Santos. Lo dejó colgado de la brocha en este tema porque, resulta evidente que cualquier arreglo que se hiciera con los cafeteros, tenía que tener antes el aval del Pre. ¿Por qué se lo dio al Vice y no al Ministro? Es una señal clara de que al Ministro se le acabó el cuarto de hora y debiera renunciar… si tuviera vergüenza.
No creo que nadie quiera ahora con Juan Camilo, es lo que debe ventilarse en los cuarteles de los cacaoteros, arroceros, maiceros, algodoneros, paneleros, bananeros, ganaderos, porcicultores, floricultores y demás productores rurales”, que todos a una, andan con la manta en el hombro.
Pero el asunto no es de personas, al menos a nivel ministerial. Este es un asunto político de resorte del Presidente y su flamante Mesa de Unidad Nacional. No hay ningún ministro capaz de resolver el problema del agro colombiano, si antes no se resuelve, como sea, el desequilibrio competitivo pactado en los TLC, que dejaron a nuestros empresarios agropecuarios y campesinos con los calzones abajo, frente a competidores armados por sus propios gobiernos para arrasar a punta de subsidios, incluyendo el de tasa de cambio, a sus competidores de países menos desarrollados.
En ese cargo, el presidente Santos necesita a un ‘partners’ que le haga la segunda en esta campaña electoral, como ese que tiene en el Ministerio de Vivienda, repartiendo casas gratis (al menos en teoría), por todo el país.
Ese tampoco solucionara nada, pero al menos, con la anuencia del Pre, paliará los vientos y enderezará el barco hacia el 2018, a donde debe llegar con Santos a bordo, como timonel, pericia que ya demostró por ahí, manejando un bus.
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Fin de folio: En general, toda la problemática nacional ya no pasa por soluciones técnicas sino por decisiones políticas. El asunto ya no es de personas sino de ideologías…