Cuando se pasa revista a la realidad nacional -que no es propiamente la más promisoria- uno se encuentra a cada paso con inconsistencias y dificultades lógicas. Las cosas, en el panorama actual de Colombia, no son siempre explicables y, por el contrario, resultan casi siempre inexplicables.
Voy a presentar varios ejemplos:
1. ¿Cómo es posible que el Gobierno se haya aventurado a una paliza completamente innecesaria y a una derrota digna de mejor causa, al haber asumido -ignorando que la investidura de un magistrado no puede ser cuestión de pleito entre el Gobierno y la oposición- la “campaña” por la escogencia de una de las integrantes de la terna para llenar la vacante en la Corte Constitucional?
Ganó el candidato al que el Ejecutivo marcó gratuitamente como su enemigo, y de paso se irrespetó al Senado -que ejercía legítimamente su función y debía hacerlo con independencia, como finalmente lo hizo- y también a la Corte Constitucional, cuya imparcialidad en el ámbito de sus atribuciones fue injustamente puesta en tela de juicio.
2. ¿Cómo se explica que el mayor vocero de la clase política tradicional, contra la que adelantó Uribe su campaña, sea ahora el gran jefe de debate para la reelección presidencial?
3. ¿Cómo se explica que el expresidente Julio César Turbay enarbole la bandera del Partido Liberal, diciendo que Uribe debe ser su jefe natural, y a la vez proponga un nuevo movimiento político? ¿No prohibió la reforma política la doble militancia?
4. ¿Cómo se explica que la “Patria Nueva” del expresidente Turbay se construya a base del aporte de los integrantes de la vieja política?
5. ¿Cómo se explica que -si es cierto lo que denunció la revista “Semana”- un jet privado encontrado en un enorme complejo para la producción de cocaína pertenezca al Bloque Central Bolívar, cuyo vocero, “Ernesto Báez”, fue uno de los “paras” invitados al Congreso? ¿Cómo juega eso con la transparencia del proceso de paz que adelanta el Gobierno con los paramilitares, mientras no quiere nada con las FARC por ser narcotraficantes?
6. ¿Cómo se explica que el Ejecutivo no haga nada por nivelar los salarios de los jueces -verdaderamente ínfimos y desproporcionadamente bajos frente a los de los magistrados- y pretenda mayor eficiencia, celeridad y calidad de la administración de justicia?
7. ¿Cómo se explica que el Acuerdo Humanitario, por el cual clamamos muchos colombianos para aliviar el dolor de personas injustamente retenidas y de sus familias, tropiece ante todo con la terquedad del Gobierno, que sin embargo adelanta negociaciones con los paramilitares?