La prensa mostró la semana pasada un primer borrador de lo que sería el formulario con el cual se votaría el referendo, elaborado por la Registraduría Nacional del Estado Civil.
Ninguna relevancia jurídica tendría ese hecho, si no fuera por las características del modelo, a nuestro juicio inconstitucionales, y por las repercusiones que cualquier violación del procedimiento en esta materia puede tener en posteriores demandas contra la reforma constitucional que mediante ese mecanismo de participación quiere introducir el Gobierno.
El boceto de formulario remite al votante a páginas posteriores, para ver el contenido total de las preguntas y de las normas que ellas contemplan, indicándole que vote únicamente en la primera página, en la cual aparecen, no las preguntas ni tampoco las normas materia de referendo, sino apenas los títulos de las mismas: pérdida de derechos políticos; voto nominal; suplencias; servicios administrativos del Congreso; pérdida de investidura; finanzas públicas sanas; vigencia, entre otros. Y a continuación las casillas para el SI y el NO.
Como se observa, el sufragante, ante ese proyecto, demoraría muy poco en votar –lo que parece buscar la Registraduría- pero no entendería absolutamente nada; y, desde luego, para escoger entre el SI y el NO de manera responsable tendría que buscar en las páginas posteriores los textos de las normas por votar, lo que no impediría que muchos se abstuvieran de hacer esa indagación y votaran apenas por el título escueto de la pregunta, entendido como un objetivo deseable y bueno, llamándose a engaño sobre el verdadero contenido de su decisión.
Esto era precisamente lo que quería impedir la Corte Constitucional cuando, en la sentencia sobre la Ley 796 de 2003, declaró inexequibles los encabezamientos de las preguntas, instrumentos de manipulación y confusión del elector, que ahora pretende la Registraduría revivir, desconociendo la providencia judicial y precipitando a los colombianos, si persiste en ello, a votar a ciegas y sin sentido.
Hasta el propio Presidente de la República, promotor del referendo, ha llamado a un voto consciente y deliberante, lo cual rechaza de suyo toda forma de manipulación, y ello exige de la Registraduría no desacatar el fallo de la Corte y elaborar un formulario en el que quienes voten lo hagan directamente, a favor o en contra de cada una de las preguntas y los textos. Un formulario que garantice la libertad y la pureza de la votación.