La semana pasada -el martes- el Gobierno alarmó al país con un informe –supuestamente de última hora-, con el cual se abrieron los noticieros y se encabezaron los titulares de los periódicos, en el sentido de que las Farc tenían listo un atentado contra el ex presidente Álvaro Uribe Vélez y contra el Fiscal General de la Nación, Eduardo Montealegre.
En efecto, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, reveló que la Policía acababa de detectar un plan con tan nefastos propósitos. Según Pinzón y los medios, estos crímenes serían ejecutados por la columna móvil "Teófilo Forero" de las Farc, que opera en el centro del país y que está comandada por alias "el Paisa".
Por supuesto, aunque de tiempo atrás se sabe que Uribe ha venido siendo objetivo militar para la organización guerrillera, la noticia causó la natural conmoción, en un país en cuya historia se han registrado magnicidios desde la época de la independencia y en que las amenazas terroristas se han cumplido con frecuencia. En lo referente a Montealegre, la información sorprendió, en especial vista su reiterada posición jurídica favorable al proceso de paz y a las fórmulas alternativas de justicia aplicables a los guerrilleros.
El Gobierno dijo que, como consecuencia de este nuevo descubrimiento de la inteligencia oficial, se reforzaría la vigilancia de los amenazados, lo cual era perfectamente lógico. Según las informaciones, el Ministro informó al doctor Uribe sobre “un nuevo plan” para asesinarlo. Y, por supuesto, todos felicitábamos a la Policía Nacional por haber desmontado ese plan siniestro.
Pero lo afirmado en las últimas horas por el presidente Santos, tras el desmentido de la guerrilla -que habló de un falso positivo informativo-, ha sido desconcertante: que ese informe de inteligencia “es viejo”, es decir que lo novedoso de los planes asesinos no estaba por ninguna parte. En otras palabras, el Jefe del Estado desmintió a su ministro.
¿Por qué esta confusión informativa, no atribuible a los medios de comunicación sino al ejecutivo? ¿Por qué la alarma, cuando, con base en el viejo informe de inteligencia, lo que ha debido hacer el Gobierno era continuar velando por la seguridad del ex presidente y del Fiscal, sin necesidad del montaje publicitario? ¿Qué se buscaba con esa publicidad inusitada? ¿Qué se busca ahora con el desmentido? ¿Era un pretexto para dar por terminado el proceso de paz y se han arrepentido? ¿Se mintió entonces o se miente ahora?
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José Gregorio Hernández Galindo