POR OCTAVIO QUINTERO
Foto portalvallenato.net
La Guerra Fría está de regreso, o al menos se ha vuelto a recordar, a raíz del asilo que Rusia le acaba de conceder a Edward Snowden, el excontratista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), autor de las filtraciones de los programas de espionaje masivo del gobierno estadounidense.
Cuando un país le concede protección a una persona considerada “delincuente” por otro país con el que el primero tiene relaciones, se considera un acto inamistoso, y se procede en consecuencia.
La primera reacción de Obama fue cancelar de inmediato la reunión que tenía con Putin, mostrando su evidente malestar.
Este próximo 10 de noviembre cumple tres años de asilo en Panamá la exdirectora del DAS, María del Pilar Hurtado, ficha clave del espionaje que se montó en el gobierno de Uribe a las altas cortes e importantes dirigentes políticos y periodistas de Colombia.
Y la prófuga sigue gozando de la protección que le ofrece Panamá, con lo que el vecino país avala la tesis del expresidente Uribe de que se trata de una persecución política, y no judicial, como se afirmó entonces por la Fiscalía General, y se sigue manteniendo como tesis central de la investigación.
Y no obstante esos actos inamistosos, el presidente Santos acaba de reunirse en Cartagena con el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, y a juzgar por las informaciones de diversos medios de prensa, de todo han hablado, y de aquello nada…
La que sí estuvo muy atenta a informar sobre sus particulares intereses, fue la oficina de prensa de Panamá.
En un comunicado oficial indicó que Martinelli planteó a Sanatos el polémico asunto del cobro del arancel extraordinario de cinco dólares que Colombia aplica a las reexportaciones de calzado y textiles de la Zona de Libre Comercio (ZLC). Añadió que también se habló del tema energético y el Tratado de Libre Comercio (TLC), cuyas negociaciones terminaron en junio pasado, pero no se ha firmado.
¿Se trató el tema de María del Pilar? No parece, y podemos estar casi seguros de que no. Pese a todo lo que se diga, Santos protege a Uribe, no solo le cuida los “tres huevitos” que, según el mismo Santos “ya son gallos”, sino también las espaldas.
Lo que sucede es que esas polémicas que arman entre ellos, no son más que cortinas de humo que no dejan ver en profundidad su mal gobierno –el de ambos, que es el mismo, “que son un asco”, dijo una vez el expresidente Gaviria refiriéndose a Uribe, y en respuesta a que Uribe lo había acusado de ser un “nostálgico de Pablo Escobar”, otra forma de decir… “¡Qué asco!”.
El próximo cuatrienio, gane quien gane, sea que siga Santos o que gane el testaferro de Uribe, todo seguirá igual: el mismo modelo económico, la misma politiquería; más corrupción, mayor inequidad social…
La misma vaina: ¡Qué asco!
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Fin de folio: Panamá, un paraíso… fiscal y de impunidad. También allá debe estar esa otra ficha del expediente Uribe: Luis Carlos Restrepo.