A lo jóvenes es necesario darles “doctrina para la vida y, por lo tanto, tiene que ser de tres lenguajes, con tres idiomas: el idioma de la cabeza, el idioma del corazón y el idioma de las manos. Y que la catequesis entre en esos tres idiomas. Que el joven piense y sepa cuál es la fe, pero que, a la vez, sienta con su corazón lo que es la fe. Y a la vez, haga cosas. Si la catequesis le falta una de las tres lenguas, de los tres idiomas, no va. Los tres lenguajes: pensar lo que se siente y lo que se hace, sentir lo que se piensa y lo que se hace, hacer lo que se siente y lo que se piensa”.
Donde las causas son el hambre, poner fuentes de trabajo, inversiones. Donde la causa es la guerra, buscar la paz, el trabajo por la paz. Hoy día, el mundo está en guerra, está en guerra contra sí mismo, o sea, el mundo está en guerra –como yo digo- guerra por entregas, por pedazos, pero también está en guerra contra la tierra, porque está destruyendo la tierra, o sea nuestra casa común, el ambiente, los glaciales se están disolviendo. En el ártico, el oso blanco se va cada vez más al norte para poder sobrevivir. Y la preocupación por el hombre y su destino parece ignorada… Cómo ve Usted la reacción de Europa, ahora, con tantas tomas de posiciones: unos construyen muros, otros eligen los refugiados según la religión, otros aprovechan la situación para hacer discursos populistas…”.
(…)
“El fenómeno migratorio es una realidad, pero yo quisiera tocar un tema que, sin reprochar a nadie, ¿no?, pero cuando hay un espacio vacío, la gente busca de llenarlo. Si un país no tiene hijos, vienen migrantes a ocupar el lugar. Pienso en el nivel de nacimientos de Italia, Portugal y España. Creo que es casi el 0%. Entonces, si no hay hijos, hay espacios vacíos. O sea, ese no querer tener hijos, que, en parte –es una interpretación mía, no sé si es correcta-, es un poco la cultura del “benessere”, ¿no? Yo he escuchado dentro de mi familia mismo, acá de mis primos italianos, hace años que “no, chicos no, preferimos viajar en las vacaciones o comprar una villa, o esto o aquello”. Y entonces, los ancianos quedan solos. Creo que el gran desafío de Europa es volver a ser la madre Europa…”
“Yo lo que pedí fue esto, que cada parroquia, cada instituto religioso, cada monasterio, acoja una familia. Una familia, no una persona. Una familia da más seguridad de contención, un poco para evitar que haya infiltraciones de otro tipo. Cuando hablo de que una parroquia acoja una familia, no digo que vayan a vivir a la canónica, a la casa parroquial, sino que toda la comunidad parroquial vea si hay un lugar, un rincón de un colegio para hacer un “departamentito” o, en el peor de los casos, que alquile un modesto departamento para esa familia, pero que tengan techo, que sean acogidos, y que se los integre dentro de la comunidad. Ya hubo muchas reacciones, muchas, muchas, ¿no? Hay conventos que están casi vacíos”.
“Uno de ellos, los jesuitas. Muy bien, los jesuitas. Pero es serio. Es que ahí también hay una tentación del dios dinero. Algunas congregaciones dicen “no, ahora que está el convento vacío, vamos a hacer un hotel, un ‘albergo’, y podemos recibir gente y, bueno, y con eso nos mantenemos o ganamos dinero”. Bueno, si querés hacer eso, pagá los impuestos. Un colegio religioso porque el religioso está exento de impuestos, pero si trabaja como hotel que pague los impuestos como cualquier hijo de vecino. Si no el negocio no es muy sano”.
REFIRIÉNDOSE A LOS PAÍSES QUE ESTÁN AYUDANDO A LOS REFUGIADOS: “Los felicito, les agradezco lo que están haciendo y les doy un consejo: el día del Juicio Final, ya sabemos sobre qué vamos a ser juzgados –está escrito en el capítulo 25 de San Mateo-, cuando Jesús les diga: “estuve con hambre, ¿me diste de comer?”. Y ellos van a decir: “sí”. “¿Y cuando estuve sin refugio, como refugiado, me ayudaste?”. “Sí”. Los felicito, van a aprobar el examen. Una cosa quería decirle también. El trabajo con los jóvenes desocupados. Creo que acá es urgente que, sobre todo en las congregaciones religiosas que tienen como carisma la educación, pero también los laicos, los educadores laicos, inventen cursos pequeños, escuelas de emergencia. Entonces, un joven que está desocupado, estudia seis meses cocina, o estudia seis meses para gasista o para calefaccionista o –siempre se rompe un techo- o para pintor. Entonces, siempre con ese oficio tiene la posibilidad encontrar un trabajo, aunque sea parcial, de momento. Hacer lo que nosotros llamamos hacer una “changa”, no sé cómo… (la periodista pregunta: ¿changa?) Changa, sí. Es un trabajo ocasional, ¿eh?, una “changa”, bueno. Y con eso no está del todo desocupado, pero hoy es el día de la, es el momento de la educación de emergencia, que es lo que hizo Don Bosco. Don Bosco, cuando vio la cantidad de chicos que había en la calle, dijo hay que hacer educación, pero mandar los chicos a hacer la media, y la media humanística, no. Oficios. Entonces, preparó carpinteros, plomeros, que los enseñaban a trabajar y ya tenían para ganarse el pan. Y Don Bosco tuvo eso. Y ahora quiero contar una anécdota de Don Bosco. Aquí, en Roma, cerca de Trastevere, donde (la periodista interviene: “era una zona pobre”) Sí, era una zona muy pobre, pero es ahora la zona de moda de los jóvenes para la “movida”, ¿no? Bueno. Don Bosco pasó por ahí, iba en una carroza ahí, un carro, no sé, y le tiraron una pedrada que rompió el vidrio. Hizo detener y dijo: “este es el lugar donde tenemos que fundar”. O sea, frente a una agresión, no lo vivió como agresión. Lo vivió como desafío para ayudar a gente, a chicos, a jóvenes, que solamente sabían agredir. Y hoy día, hay una parroquia salesiana ahí que forma jóvenes y chicos, con sus escuelas, sus cosas. Bueno, esto –vuelvo al tema de los jóvenes, ¿no?- lo importante que es hoy, a los jóvenes que no tienen trabajo, dar educación de emergencia sobre algún oficio para que puedan ganarse la vida”.
EL ESTILO DE VIDA OCCIDENTAL.- “Las grandes ciudades americanas, sea de Norteamérica o de Suramérica, existe este mismo problema. No es solamente de Europa. (Interviene la periodista “es llamado primer mundo…”). Sí, grandes ciudades. En Buenos Aires hay un gran sector de la cultura del bienestar, ¿no?, y por eso también hay esos cordones alrededor de las ciudades, “favelas”, todas esas cosas, ¿no? Yo a Europa no le echaría en cara tanto hoy eso, ¿no? Hay que reconocer que Europa tiene una cultura excepcional. Realmente, son siglos de cultura, ¿no? Y eso da también un bienestar intelectual y, yo, en todo caso, lo que yo diría de Europa es su capacidad de retomar un liderazgo en el concierto de las naciones. O sea, que vuelva a ser la Europa que marca rumbos, pues tiene la cultura para hacerlo.
LA CORRUPCIÓN.- Lo que dije en Estrasburgo lo pensé mucho antes de decirlo. O sea, que repetiría un poco eso, ¿no? Europa todavía no se murió. Está media abuelita, pero puede volver a ser madre. Y yo tengo confianza en los políticos jóvenes. Los políticos jóvenes hablan otra música. Hay un problema mundial que afecta no solo a Europa, sino a todo el mundo, y es el problema de la corrupción. La corrupción en todos niveles. Eso también indica un bajo nivel moral, ¿no?
La gente… está desilusionada. En parte, por la corrupción. En parte, por la ineficacia. En parte, por los compromisos adquiridos previamente. Y, sin embargo, Europa puede, puede e debe -y yo afirmo lo que dije en Estrasburgo-, Europa tiene que tomar su rol, o sea, recuperar su identidad. Es verdad que Europa se equivocó. No se lo echo en cara, lo recuerdo no más. Cuando quiso hablar de su identidad, no quiso reconocer, quizá lo más hondo de su identidad, que es su raíz cristiana, ¿no? Ahí se equivocó. Bueno, pero todos en la vida nos equivocamos. Está a tiempo de volver a su…
LA INDIVIDUALIDAD.- “…sin la generosidad de dar. O sea, es exigir mis derechos y no mis deberes hacia la sociedad, ¿no es cierto? Creo que derechos y deberes van juntos, ¿no? Además, eso crea la educación del espejo, porque la educación del espejo es narcisismo y hoy estamos en una civilización narcisista” que se vence “Con la educación. Por ejemplo, derechos y deberes. Con la educación a los riesgos razonables. Buscando metas, avanzando, pero no quedándose quieto o mirándose en el espejo, ¿no? Nos va a pasar lo que le pasó a Narciso, que de tanto mirarse en el agua tan lindo, tan lindo, blup, se ahogó”.
SOBRE LA IGLESIA Y LA NECESIDAD DE ESTAR ABIERTA A LOS FIELES: Entre una iglesia enferma y una iglesia accidentada, Francisco prefiere la accidentada ¿por qué? “Es una imagen de vida. Si uno tiene en su casa una pieza, una habitación cerrada mucho tiempo, la humedad, la “muffa”, el mal olor. Si una iglesia, una parroquia, una diócesis, un instituto, vive encerrado en sí mismo, se enferma. Le pasa lo mismo que a la habitación cerrada. Y tenemos es una Iglesia raquítica, con normas fijas, sin creatividad, segura, más que segura, no, asegurada, con una compañía de seguros, pero no segura. En cambio, si uno sale –una iglesia, una parroquia- sale hacia afuera a evangelizar, le puede pasar lo mismo que le pasa a cualquier persona que sale a la calle: tener un accidente. Entonces, entre una Iglesia enferma y una Iglesia accidentada, prefiero la accidentada porque, por lo menos, salió. Y ahí –quiero repetir una cosa que dije otra vez en otra ocasión-: en la Biblia, en el Apocalipsis, hay una cosa linda de Jesús –creo que en el capítulo segundo, al final del primero, o segundo- donde le está hablando a una Iglesia y le dice: “estoy a la puerta y llamo”. Está golpeando Jesús. “Si me abres, entro y voy a cenar contigo”. Pero yo me pregunto: “¿cuántas veces, en la Iglesia, Jesús golpea a la puerta, pero desde adentro para que lo dejemos salir a anunciar el Reino”. A veces, nos apropiamos para nosotros de Jesús y nos olvidamos que una Iglesia que no es una Iglesia en salida, una Iglesia que no sale, tiene a Jesús preso, aprisionado.
QUÉ ESPERA EL PAPA FRANCISCO DEL JUBILEO DE LA MISERICORDIA[1].- “En que vengan todos. Que vengan y sientan el amor, el perdón de Dios. Yo conocí, en Buenos Aires, un fraile capuchino –un poco menor que yo- que es un gran confesor. Siempre tiene una fila, mucha gente, sí, más gente, todo el día confesando. Y él es un gran perdonador. Y perdona, pero, a veces, le agarran escrúpulos de haber perdonado mucho. Y entonces, una vez charlando, me dice: “a veces, tengo esos escrúpulos”. Y yo le pregunté: “¿y qué hacés cuando tenés esos escrúpulos?” - “y voy delante del sagrario, lo miro al Señor, y le digo: Señor, perdóname, hoy he perdonado mucho, pero que quede claro, ¿eh?, que la culpa la tenés vos porque me diste el mal ejemplo”.
“Yo pido que recen mucho. El Sínodo, ustedes ya, los periodistas, conocen el Instrumentum Laboris. Se va a hablar de eso. De lo que está ahí, se va a hablar. Son tres semanas, un tema, un capítulo, para cada semana. Y se esperan muchas cosas. Porque, evidentemente, la familia está en crisis. Los jóvenes no se casan. No se casan. O con esta cultura del provisorio, “bueno, convivencia, o me caso, mientras dura el amor, después, chao”.
SOBRE LA FAMA QUE LE HA TRAIDO SU PROPIA VIDA.- “No perdí la paz. Es un regalo… la paz es un regalo de Dios. Es un regalo que Dios me dio, algo que yo ni imaginaba, por mi edad, por todo eso. Más aún, había calculado la vuelta, pensando en ningún Papa va a asumir en Semana Santa. Entonces, si tardamos en elegirlo, adelantará la función al sábado antes del Domingo de Ramos. Y saqué boleto para volver, de manera que el Domingo de Ramos pudiera celebrar la Misa y dejé preparado sobre mi escritorio la Homilía. Ha sido una cosa que no esperaba y, ya en diciembre, dejaba el cargo al que iba a ser nombrado sucesor. Así que…no perdí la paz. No perdí la paz”.
“Yo muchas veces me pregunto cómo será mi cruz, cómo es mi cruz. Porque las cruces existen. No se ven pero están. Y Jesús también en un momento era muy popular y después terminó como terminó, ¿no? O sea, ninguno tiene comprada la felicidad mundana. Yo lo único que pido, que me conserve la paz del corazón y que me conserve en su Gracia, porque hasta el último momento uno es pecador y puede renegar de su Gracia. Me consuela una cosa, que San Pedro cometió un pecado muy grave –renegar a Jesús-. Después de eso lo hicieron Papa. Si con ese pecado lo hicieron Papa, con todos los que yo tengo, me consuelo, bueno, el Señor me cuidará como lo cuidó a Pedro. Pero Pedro murió crucificado, así que no sé cómo terminaré yo. Que decida Él. Mientras me de la paz, que haga lo que quiera”.
SOBRE LA FRECUENCIA DE LA CONFESIÓN: “Cada quince días, veinte días. Me confieso con un Padre Franciscano, Padre Blanco, que tiene la bondad de venir acá, a confesarme. Y sí, nunca tuve que llamar una ambulancia que lo llevara de vuelta, asustado de mis pecados”.
DONDE LE GUSTARÍA MORIR: Donde Dios quiera. En serio, no… donde Dios quiera y…por favor, le pido que recen por mí. Que Dios los bendiga y la Virgen de Fátima los cuide.
SOBRE LA ETERNIDAD.- “Cuando era más joven, la imaginaba muy aburrida. (Ríe) Ahora pienso que es un Misterio de encuentro. Es casi inimaginable, pero debe ser algo muy lindo, muy hermoso, encontrarse con el Señor”
Algunas de las respuestas que el Santo Padre le concedió en entrevista a la periodista Aura Miguel de la emisora portuguesa “Radio Renascenca”. .
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[1] El Jubileo de la Misericordia es un jubileo que se celebrara durante el Año Santo Extraordinario que comenzará el 8 de diciembre de 2015 y concluirá el 20 de noviembre de 2016, para celebrar el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, profundizar en su implantación y situar en un lugar central la Divina Misericordia, con el fortalecimiento de la confesión.1