LO DIJO QUIEN ESTUVO EN EL VIENTRE DE LA BESTIA

02 Jun 2008
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El Presidente norteamericano, George W. Bush, hablando en la Academia de la Fuerza Aérea en Colorado Springs, pidió no perder la paciencia sobre la continuidad de las tropas estadounidenses en Irak, y dijo que “debemos reconocer que la única manera de que Estados Unidos pierda la guerra es si nosotros mismos nos derrotamos”.

Se trata de una afirmación que contradice lo expresado hace 5 años, cuando el mismo Presidente Bush afirmaba orgulloso que había terminado la guerra, y que los Estados Unidos habían obtenido la victoria. Lo que siguió después fue la posguerra, que en estos 5 años ha sido peor que la guerra misma, y quien la provocó señala ahora que la guerra continúa. ¿En qué quedamos? ¿Lo actual es una guerra, o es la continuación de la posguerra? Por lo visto ni siquiera el Presidente norteamericano lo sabe.

Las tropas extranjeras se encuentran en el territorio invadido y aunque todos los días hablan de sembrar la libertad y la democracia en el Irak, lo cierto es que el mundo presencia una masacre prolongada y reiterada.

Las riquezas históricas de Bagdad y otras ciudades -patrimonio, no del Irak sino de la humanidad-, ubicadas precisamente en el lugar que la Biblia señala como el del origen de la humanidad, entre el Tigris y el Eufrates, fueron inmisericordemente arrasadas por las bombas aliadas y por la violencia sin medida que se desató desde 2003, con el pretexto de buscar unas armas de destrucción masiva que no existían.

En los Estados Unidos se adelanta hoy una polvareda política y periodística, a raíz de la publicación del libro “Lo que sucedió: en el corazón de la Casa Blanca y la cultura de engaño de Washington”, de 341 páginas, escrito por quien a lo largo de 5 años fue nada menos que el portavoz del Presidente, Scott McClellan.

Comenzando por The New York Times y por las grandes cadenas de televisión, todo el mundo habla de las duras expresiones de McClellan contra su antiguo jefe, y de las verdades que revela en la obra, que todos conocíamos desde hace 5 años, pero que tienen especial fuerza y valor en boca, no de los enemigos del Presidente, ni de los demócratas, sino de quien fuera hombre de confianza de Bush, quien dada su función tiene por qué saber a ciencia cierta lo que ocurrió.

Habla McClellan de una campaña dirigida por Bush para vender la guerra, con base en mentiras. En la era de la campaña permanente -dice- el objetivo era manejar las fuentes de opinión para ventaja del Presidente.

La guerra de Irak no era necesaria, y Bush no fue franco ni sincero sobre Irak. Le mintió al país y al mundo, y en el sentir del antiguo “speaker” de la Casa Blanca, la decisión de invadir Irak fue un serio error estratégico, ya que el Presidente tomó la decisión de alejarse de la honestidad y la sinceridad precisamente cuando esas cualidades eran más necesarias.

Lo dice quien estuvo en el vientre de la bestia, y hay muchas razones para creerle.

Modificado por última vez en Sábado, 28 Junio 2014 20:16
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