Roderic de Borja (Rodrigo de Borja en castellano o Borgia en italiano) ALEJANDRO VI, PAPA BORJA. Nació en Játiva, Valencia el 1 de enero de 1431 y murió en Roma el 18 de agosto de 1503. Fue el Papa No. 214 de la Iglesia Católica entre 1492 y 1503.
Una vez electo Papa, escogió el nombre de Alejandro VI y con la colaboración de sus cuatro hijos - Juan, César, Lucrecia y Jofre- amplió su poder económico, político y militar. Su papado estuvo rodeado de escándalos, intrigas, alianzas políticas y conspiraciones orientadas a lograr que él y su familia se consolidaran dentro de la nobleza italiana y acrecentaran su poderío.
Lucrecia Borja. Foto de: casajen.canalblog.com
La acumulación de bienes y su gran poder lo adquirió gracias a su alta dignidad –era el Papa- y logró mantener esa pujanza por los 11 años de su papado gracias a la fuerza y el respeto que el poder del Vaticano imprimía dentro y fuera de Italia. Pero -pese a todo-, muerto el Papa muerto su poderío; de manera que a su muerte todo lo adquirido –condados, principados y extensos territorios-, sucumbió ipso facto.
El Papa Borja fue señalado de llegar al papado gracias a la llamada “simonía”[1], pero no todos los historiadores están de acuerdo. También se dice que era muy querido por la gran mayoría de los romanos por ser un papa trabajador y laborioso. Otros dicen que el Papa ganó muchos enemigos por ser español, algo que no era aceptado por la gran mayoría de los representantes de la iglesia católica que eran –para esa época- italianos.
En lo que sí coinciden los historiadores es en que el Papa Borja, ambicionaba que su familia dominase toda Italia y para ello diseñó un entramado de alianzas, conspiraciones y matrimonios entre sus hijos y las altas familias italianas. A Lucrecia, su hija, la casó con Giovanni Sforza, luego con Alfonso de Aragón y finalmente con Alfonso d’Este, asegurando su alineación con tres de las más poderosas familias de Europa.
El Papa Borja murió de 73 años el 18 de agosto de 1503.
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[1] Simonía: Compra o venta deliberada de cosas espirituales, como los sacramentos y sacramentales, o temporales inseparablemente anejas a las espirituales, como las prebendas y beneficios eclesiásticos. Diccionario de la Real Academia Española.
