Sarta de lugares comunes

28 Abr 2009
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Se están lanzando al agua los patos del Partido Liberal que aspiran a la candidatura presidencial en las elecciones del 2010. Ahí vemos en primer lugar a Cecilia López y Gómez Méndez, seguidos de Rafael Pardo, Cristo y Marulanda, y quien sabe cuantos más en el futuro inmediato. Pero, aquí si casa lo que reza ese viejo adagio popular: “ni están todos los que son ni son todos los que están”.

¿Díganme, no más, si candidaturas tan prominentes como las de Horacio Serpa o Piedad Córdoba pueden faltar en un abanico de presidenciables dentro del Partido Liberal?

Mientras se despeja el interrogante, hablemos de momento sobre el discurso que el Partido Liberal debiera emprender para reconquistar las huestes que le permitieron ejercer y controlar el poder del Estado, buena parte del siglo pasado.

Dice Mauricio Cabrera en el discurso de lanzamiento de la precandidatura de Cecilia López que (…) “hoy el Partido tiene que volver a conectarse con los sectores sociales de obreros y campesinos que en el pasado fueron su base y razón de ser (…) y luchar por los principios de igualdad social y justicia que animaron las grandes realizaciones de los gobiernos liberales del siglo pasado”.

Con todo respeto, como dicen los hermanos pastusos, cabría preguntarle a Cabrera si a la hora de redactar el párrafo de la cita pensó en el ex presidente César Gaviria, hoy director único del Partido Liberal, es decir, el capo del equipo que lo debe conducir en su glorioso retorno al solio de los Presidentes.

Porque si pensó en él, debió excluirlo, así haya sido tan sólo mentalmente, de la lista de los gobiernos liberales del siglo pasado que animaron las grandes realizaciones en la lucha por los principios de igualdad social y justicia.

Es ya llover sobre mojado recordar que buena parte de nuestros males sociales de hoy tienen su génesis en la apertura económica emprendida en el gobierno de Gaviria. Luego, pensar que el precursor de nuestra desgracia es el llamado a curar nuestras heridas, pues, eso sí es como toparnos al diablo haciendo hostias.

Dice Cabrera además que (…) “el reto (del liberalismo) es impedir la reelección de las políticas conservadores de Uribe. Y podríamos agregarle, políticas en las que está de acuerdo en todo el ex presidente Gaviria, menos en la reelección.

El Partido Liberal, si de verás quiere reconquistar las huestes que le permitieron gobernar a Colombia tantos años durante el siglo pasado, gracias a las profundas reformas sociales del ex presidente Alfonso López Pumarejo, y tal vez uno o dos más que en aras de la brevedad no cabe entrar a discutir, tiene que empezar por cambiar de director. Ese es el primer reto. Porque, no nos vengan a decir que es, el ex presidente Gaviria (quien nos envolató el camino), el Moisés que nos conducirá a la tierra prometida. A otro perro con ese hueso.

Cuando veo a los precandidatos liberales presentar sus discursos de lanzamiento en un estrado presidido por Gaviria, se me asemejan a ese pasaje de Caperucita Roja en la que el lobo empieza a tramarla para engullirla.

Créanme: es más fácil que el liberalismo reelija a Uribe a que vuelva a creer en Gaviria. Colmando esta nota de lugares comunes, si de escoger entre uno y otro se tratara, de Uribe pudiéramos decir que… “es mejor malo conocido” y de Gaviria que “de los arrepentidos se vale el diablo”. Y mejor dicho, como para que no quede ninguna duda, entre estos dos… “que entre el diablo y escoja”.

Modificado por última vez en Sábado, 28 Junio 2014 20:16
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