POLITIQUERÍA EN SELECCIÓN DE ALTOS FUNCIONARIOS

25 Sep 2012
Valora este artículo
(0 votos)
4183 veces

 

! Qué barbaridad !
Foto www.elespectador.com
 
POR JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ GALINDO
 
Si algo está claro es que, hoy por hoy,  la politiquería domina el panorama y todo lo contamina cuando se trata de elegir a los altos servidores públicos. 
 
Es inevitable que lo referente a cargos de elección popular, como los de Presidente y Vicepresidente, congresistas, diputados, gobernadores, concejales, alcaldes y ediles, se desarrolle según la dinámica de los partidos y  movimientos políticos, pero no es bueno para la vigencia del Estado de Derecho  que dignidades como las de Fiscal, Procurador o Magistrado se asignen según la mayor o menor capacidad “manzanilla” de los aspirantes; o de acuerdo con sus influencias. Sin que interesen sus  hojas de vida, experiencia o  conocimientos.
 
 La Constitución contempla distintas modalidades de postulación y elección, y ellas deberían cursar, como era antes, sobre fundamentos de objetividad por parte de postulantes y electores, con base en el conocimiento de sus antecedentes y trayectoria, y con la mira puesta en el  logro de la excelencia. Los candidatos no deberían verse obligados a pasar de oficina en oficina y de curul en curul para solicitar el voto, muchas veces contrayendo compromisos que no deberían contraer. Ni quienes aspiran y son servidores públicos en ejercicio deberían hacer favores burocráticos o de otra índole a los postulantes o electores. Además, esto último está expresamente prohibido en la Constitución.
 
Hay algo inconstitucional que debe ser erradicado: dividir a las corporaciones judiciales para clasificar a sus integrantes entre pertenecientes al partido liberal o al partido conservador, de modo que a un liberal que se retira o se le vence el período lo tiene que remplazar un liberal, y al conservador  otro conservador. 
 
Eso pudo ser  válido en la vigencia de la Constitución de 1886, cuando no existían sino esos dos partidos. Hoy, con una Constitución pluralista y democrática, y cuando cada cual es libre de pertenecer a cualquier colectividad o de no afiliarse a ninguna, eso es sencillamente inaceptable, y viola la Constitución.
 
Por otro lado, la figura de la reelección es antidemocrática, dañina y contraria al interés público. No permite la renovación en las instituciones. Rompe la igualdad entre los candidatos.  Favorece las componendas  y el clientelismo. Obstruye la gestión pública. Permite tapar los vicios internos  y da lugar a  los vergonzosos cruces de favores y prebendas. Debe prohibirse para todos los cargos si se quiere volver a la transparencia en el ejercicio del poder y a un Estado menos corrupto.
 
Modificado por última vez en Sábado, 28 Junio 2014 20:16
Elementos de Juicio

Email Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Acerca de Nosotros

Nuestro propósito es aprovechar la tecnología en beneficio de la divulgación, el análisis, la controversia, la verificación de los grandes asuntos en que aparece el Derecho, en cualquiera de sus ramas; los procesos judiciales de trascendencia y los más importantes debates y acontecimientos.