POR OCTAVIO QUINTERO
Foto deracamandaca.com
El expresidente Uribe es el prototipo colombiano del momento. Digamos que es el colombiano más característico moldeado en los acontecimientos políticos, económicos y sociales de los últimos 50 años.
1). Políticos: el Frente Nacional, desde 1960…
2). Económicos: el narcotráfico, desde la bonanza marimbera, 1960 en adelante.
3). Sociales: las frustradas reformas agrarias, desde 1960 en adelante.
Uribe es eso: un político, estilo Frente Nacional, de casta mafiosa y terrateniente.
¡Claro que nos representa! Todos los políticos del momento, con honrosas excepciones, son como la plastilina que se acomoda a todas las tallas que quiera darle el manipulador de turno.
¡Claro que nos representa! Todas las fortunas de hoy tienen un pasado reciente marcado por el narcotráfico. Quien sostenga lo contrario es un soberano mentiroso.
¡Claro que nos representa! Su perfil guerrerista es lo que ha predominado en Colombia como fórmula de “apaciguamiento” de todos los conflictos sociales cuya fuente, lo dicen todos los sociólogos honestos, proviene de la lucha por la tierra.
Ese perfil de Uribe es lo que tenemos que cambiar y nada sacamos con negar la evidencia. Tenemos que cambiar la forma de hacer política en Colombia; tenemos que cambiar la forma de hacer fortunas y tenemos que cambiar la forma de saldar nuestras diferencias a punta de balas: del monte para acá y de acá para el monte.
Tenemos que cambiar ese Uribe que todos llevamos por dentro.
