POR JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ GALINDO

Foto: www.laopinion.com.co

Siguiendo el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, “prevenir” significa “preparar, aparejar y disponer las cosas necesarias para un fin”.

“Prever, de acuerdo con la misma obra, consiste en “ver, conocer de antemano o con anticipación un daño o perjuicio”.

“Precaver” es “evitar, estorbar o impedir una cosa”. “Advertir, informar o avisar”. “Anticiparse a un inconveniente, dificultad u objeción”. “Disponer con anticipación; prepararse de antemano para una cosa”.

La previsión, la prevención y la precaución son componentes esenciales,  inherentes al concepto mismo de la buena administración y de manejo de los asuntos públicos. De suerte que el Estado no debería ser sorprendido por hechos a cuyo respecto no le fuera posible reaccionar oportunamente, salvo –claro está- los casos de fuerza mayor o caso fortuito que, por tanto, hayan escapado por completo a su control.

Pero el Estado colombiano, no obstante su inmensa  burocracia, es siempre sorprendido por los acontecimientos, y en la práctica avanza –cuando lo hace- a remolque de los mismos. Entre nosotros, se suelen tomar  las medidas, adoptar las decisiones y proyectar las leyes al ritmo de las crisis, las calamidades públicas  y las tragedias, obviamente siempre y cuando sean objeto del despliegue y los informes especiales de los medios de comunicación. O como actitud  defensiva, tardía,  ante la crítica de la opinión pública con efectos electorales o estadísticos (encuestas),  una vez se han producido los daños, la mayor parte de las veces irreparables.

De ello hay muchos ejemplos recientes, pero, para  los fines de este escrito, basta citar dos:

-Sólo ahora comienzan a pensar las autoridades en hacer algo contra el asalto constante al bien colectivo, llevado a cabo por malhechores que desprenden y se llevan las tapas de las alcantarillas y las rejillas de los sumideros, y todo se desencadena después de que una niña de dos años murió, tras caer en una de esas trampas en pleno centro de Bogotá. Desde luego, quién sabe cuántas veces habrá pasado, pero ahora el doloroso acontecimiento fue ampliamente destacado por los noticieros de televisión.

-Sólo ahora, una vez ocurrido el desastre consistente en el desplome del edificio "Space" de Medellín y cuando ha quedado en evidencia la inutilidad de las curadurías urbanas, se piensa en supervisar  desde el punto de vista técnico  -claro, con más burocracia- los proyectos arquitectónicos, las obras y las construcciones.

¿Por qué estas elementales medidas no se habían pensado y puesto en práctica mucho antes?