Un gran filósofo. Nacido en 1912, muerto en 1991. Nació en Barcelona. Estudió filosofía en la Facultad de Filosofía de Barcelona donde Joaquín Xirau brillaba con luz propia y donde la atmósfera que le rodeó fue decididamente fenomenológica y de filiación alemana. Su lucha en el ejército republicano le llevó a abandonar Cataluña en 1939 y a buscar un primer y breve refugio en París; Cuba y Santiago de Chile fueron estaciones intermedias para su definitivo asentamiento en los Estados Unidos con una beca Guggenheim en 1947 y como docente de Bryn Mawr a partir de 1949.

 

Ferrater tenía una reconocida capacidad idiomática que le había permitido dedicarse a tareas de traducción. Esto fue precisamente lo que impulsó a un editor mexicano a proponer en 1939 a Ferrater -ya en Cuba-, que preparara un breve diccionario de filosofía. El encargo -casual y modesto- dio paso con el tiempo a una obra monumental. Pero la importancia del Diccionario de Filosofía de Ferrater no radica solo en su enorme interés intrínseco sino también, y quizás sobre todo, en el papel que jugó en la evolución del pensamiento filosófico de su autor.

 

En efecto, la preparación del Diccionario que él emprendió  con mayor empuje y ambición de lo previsto, obligó a Ferrater a profundizar en la tradición histórica. No se trataba sólo de ofrecer una visión esquemática del gran tapiz de la historia de la filosofía, sino que había que pensar los muchos hilos que componen las figuras, las escenas y los relieves del tapiz.

 

Al profundizar en la comprensión histórica de la filosofía, Ferrater además de descubrir un mundo entonces totalmente desconocido en España -el de la tradición analítica-, llegó también a concebir una de las intuiciones fundamentales, porque la propia existencia de diversísimas doctrinas filosóficas, le hizo advertir dos características básicas de esas doctrinas: la irreductibilidad y su conflictividad. Esta intuición conformó la creación filosófica del propio Ferrater. 

 

Fascinado por la diversidad, se sintió atraído por casi todos los motivos filosóficos, desde la Lógica y la filosofía de la ciencia, hasta la política, la ética o la estética pasando por la ontología y la teoría del conocimiento. Buena prueba de ello son, entre otras muchísimas obras sus Fundamentos de Filosofía, El ser y la Muerte o De la materia a la razón. Pero sus muchos intereses no le hicieron olvidar la importancia de perseguir un sistema, un sistema abierto. Desde esta visión de realidades diversas, a la vez irreductibles y comprensibles, Ferrater exhibe una elegante conjunción de ironía, antidogmatismo y rigor. Sus muchos intereses, los de la misma realidad, le reclaman un método pero su método no le lleva al ensimismamiento, a la reclusión sino al integracionismo. Ferrater es considerado unánimamente como el filósofo español más importante de la segunda mitad del siglo XX.

 

El fruto más maduro del pensamiento de Ferrater, se encuentra en su obra De la materia a la razón, de 1979, donde presenta su sistema como un emergentismo articulado en cuatro niveles: el físico, el orgánico, el social y el cultural. Cada nivel emerge del anterior, sin ser por ello, una mera derivación de él. 

 

En sus últimos años, Ferrater compuso varias novelas que habían de ampliar la impulsión técnica y estética  que muchos años antes había realizado con notable éxito, desde luego, en el campo del film amateur. 

 

Los puntos de vista específicos de Ferrater Mora sobre diversas materias, están recogidos en algunos artículos de su diccionario: El Diccionario de Filosofía en cuatro tomos de José Ferrater Mora, cuya edición actualizada recientemente bajo la dirección de Josep María Terricabras, está circulando en todo el mundo.