«La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no sólo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria»
De nombre secular Jorge Mario Bergoglio, nació en Buenos Aires Argentina el 17 de diciembre de 1936. Actual Papa de la Iglesia Católica, elegido el día 13 de marzo de 2013.
A la edad de 21 años, decidió convertirse en sacerdote ingresando al seminario del barrio Villa Devoto como novicio de la Compañía de Jesús y culminando sus estudios como seminarista en el Seminario Jesuita de Santiago de Chile. En la casa de retiro de San Alberto Hurtado estudió Ciencias Clásicas y profundizó sus estudios de historia, literatura, latín y griego. A los 33 años fue ordenado sacerdote.
En el año 2001, el papa Juan Pablo II lo nombró cardenal con el título de San Roberto Belarmino. En esa época fue conocido por su humildad, conservadurismo doctrinal y su compromiso con la justicia social. Defendió el dialogo y el deber de relacionarse por igual con los distintivo colectivos sociales, fueran o no católicos y trabajó en las parroquias fomentando la tarea pastoral. Para ese entonces ya era reconocido como “el obispo de los pobres”.
Siempre asumió un estilo de vida sencillo y simple lo que acrecentó su reputación de hombre humilde. Vivió antes de ser Papa, en un apartamento pequeño en lugar de la residencia que le fuera asignada por su cargo; nunca aceptó las limusinas o carros que le fueron concedidos y prefirió montar en transporte público. Entre sus gustos el tango, el futbol y la opera son sus preferidos y en autores para lectura se dice que es un apasionado de Fiódor Dostoievski y Jorge Luis Borges. Habla su español natal y adicionalmente latín, italiano, alemán, francés e inglés.
Bergoglio, una vez elegido, manifestó su voluntad de ser conocido como “Francisco” en honor al Santo de Asís. Es el primer Papa Jesuita, el primero de Suramérica y el primero no europeo desde que fuera elegido el sirio Gregorio III, fallecido en el año 741.
En su primera aparición pública como Papa, dijo:
“Hermanos y hermanas, buenas tardes. Sabéis que el deber del conclave era dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo; pero aquí estamos. Os agradezco la acogida. La comunidad diocesana de Roma tiene a su obispo. Gracias. Y ante todo, quisiera rezar por nuestro obispo emérito Benedicto XVI. Iremos todos juntos por él, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo proteja. Y ahora comencemos este camino obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Recemos por todo el mundo, para que haya gran fraternidad. Deseo que este camino de la Iglesia, que hoy comenzamos y en el cual me ayudará mi cardenal vicario, aquí presente, sea fructífero para la evangelización de esta ciudad tan hermosa. Y ahora quisiera dar la bendición, pero antes, antes, os pido un favor: antes que el obispo bendiga al pueblo, os pido que vosotros recéis para que el Señor me bendiga; la oración del pueblo, pidiendo la bendición para su obispo. Hagamos en silencio esta oración de vosotros por mí. Ahora daré la bendición a vosotros y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Hermanos y hermanos, os dejo. Muchas gracias por vuestra acogida. Rezad por mí y hasta pronto. Nos veremos pronto. Mañana quisiera ir a rezar a la Virgen, para que proteja a toda Roma. Buenas noches y que descanséis”.
Un día después de ser elegido celebró su primera misa como pontífice de la Capilla Sixtina y lo hizo alternando el latín y el italiano sin necesidad de leer. Rogó por la Iglesia Católica para que no fuera percibida como una “ONG compasiva” cercana a lo mundano y alejada del Evangelio “como los castillos de arena que hacen los niños que se derrumban fácilmente” dijo.
Jorge Bergoglio, el Papa Francisco, se ha caracterizado entre muchas cosas, por:
(i) el gran interés mostrado por los pobres, marginados, discriminados y desplazados del mundo entero;
(ii) la necesidad de dialogar con personas de diferentes orígenes y credos;
(iii) muestras de profunda sencillez en el actuar como fue la decisión de vivir en la casa de huéspedes del Vaticano en lugar de hacerlo en la residencia papal.
La revista Time, lo consideró una de las cien personas más influyentes del mundo y en el año 2013 lo nombró “persona del año”.
