CANCÚN: ¿TRIFULCA ESPONTÁNEA?

23 Feb 2010
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Más allá de lo puramente anecdótico, acerca de qué se dijeron, o de cómo se ofendieron mutuamente los presidentes Hugo Chávez y Álvaro Uribe  -aspectos que se tratan con el consabido morbo en las redes sociales-,  lo ocurrido en Cancún mueve a reflexión sobre el estado y las perspectivas de las relaciones con el país vecino.

En primer lugar, son inestables y frágiles. Vale decir, no se consolidan. No se fortalecen. No son continuas. A pesar de las palabras acerca de que somos países hermanos, al menos los gobiernos están cada vez más distanciados, aunque colombianos y venezolanos, en la base, queremos que estos problemas desaparezcan y pensar en las urgencias de nuestros pueblos.

La actitud de Chávez no es propia de un Jefe de Estado. Hablar de un plan fraguado desde la Presidencia de Colombia para matarlo es algo muy serio, que tendría que ser probado de modo contundente y fuera de duda. De lo contrario, resulta irresponsable.

Es necesario considerar que tanto Colombia como Venezuela, en especial por el aspecto comercial, necesitan preservar una relación normal, estable, desprevenida, sin sobresaltos.

Las relaciones entre los dos países no se vienen manejando por mecanismos diplomáticos, sino en los medios de comunicación, a punta de frases impactantes, con show. Además, hablan los presidentes pero también los cancilleres, los otros ministros, los jefes militares y de policía, y los dirigentes políticos. No hay orden, ni unidad porque no hay diplomacia. Y la diplomacia se la inventaron para el manejo de las relaciones entre Estados, por lo cual es menester toda una preparación académica de quienes se dedican a esa actividad. Lo acontecido ahora no es sino lo más antidiplomático que pueda concebirse: dos jefes de Estado trenzados en una pelea de muy bajo nivel, inclusive para personas del común.

Por otro lado, todo se hace calculando los efectos, según los problemas internos de los gobiernos, lo cual se agudiza en este caso dada la prolongada permanencia de los dos presidentes en sus cargos, con el natural desgaste.  

Chávez tiene muchos problemas: el apagón, el “fenómeno del niño”, la falta de alimentos, el cierre de medios de comunicación, las expropiaciones, la oposición cada vez más fuerte. Y la situación económica venezolana, para resumirlo, es de verdadera crisis.

En cuanto a Colombia, el Presidente Uribe llegó a Cancún sin haberse repuesto de la inmensa pérdida de prestigio ocasionada por los nefastos decretos de la emergencia en salud; un debate de semanas, en que la mayoría de los colombianos han rechazado las disparatadas medidas adoptadas por los costosos asesores externos del Ministerio de “Protección” Social.

Entonces, el improvisado cuadrilátero de Cancún les convino a los presidentes. En Colombia, por ejemplo, el Dr. Uribe volverá a subir en las encuestas, recuperándose de su reciente caída.  

Hay que preguntar, por tanto, si la trifulca fue espontánea, o si se calculó con frialdad en uno u otro lado, o en ambos.






 

Modificado por última vez en Sábado, 28 Junio 2014 20:16
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