La cifra de policías que estarán protegiendo las sedes en las cuales se jugará el mundial de fútbol en Brasil, supera tres veces el número de efectivos que vigilaron el último campeonato de Sudáfrica en el año 2010.
Están listos doce batallones de contingencia para “garantizar la ley y el orden” compuestos por 70.000 soldados y 60.000 policías de diferentes cuerpos movilizados, a los que se suman 20.000 agentes de seguridad privada que estarán presentes en los estadios.
Igualmente estarán vigilando la seguridad del mundial de fútbol: una fragata, una corbeta y varios barcos auxiliares en las cuatro ciudades marítimas que albergarán partidos: Fortaleza, Natal, Salvador de Bahía y Río de Janeiro. Brasil fue equipado con material de defensa ante ataques químicos, biológicos y radionucleares.
Para dar tan solo un ejemplo de la movilización en seguridad, el martes 10 de junio, la selección inglesa recorrió la playa de Copacabana bajo un dispositivo que incluía tanqueta militar. El subdirector de inteligencia explicó que cada selección fue previamente estudiada y dependiendo del país de origen se valoró el riesgo bajo cuatro aspectos: posibilidades de terrorismo, sensibilidad geopolítica, sensibilidad deportiva y carácter critico de determinados partidos.
Estados Unidos está entre la lista de los siete países más protegidos.
La FIFA también hará presencia y tomará medidas en el tema de seguridad y para lograrlo compraron un número indeterminado de entradas a los 64 partidos, para que agentes infiltrados entre el público, informen de cualquier situación que perciban antes, durante y después de los partidos.
So pretexto del Mundial han dicho las autoridades brasileñas que los cuerpos de seguridad fueron modernizados con equipos de mantenimiento para impedir que tanto las protestas sociales que se acrecentaron antes del campeonato o incidentes aislados, perturben la paz y la alegría de la mejor fiesta del mundo.
“El gran objetivo es que no suceda nada en los estadios” , recalcó en el Fuerte de Copacabana José Carlos de Nardi, Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.
La gente pobre y llena de necesidades económicas protesta en Brasil y la verdad es que se estima que el país suramericano gastó para el mundial 2.000 millones de reales algo así como 900 millones de dólares. La reflexión de gran parte de los brasileros es ¿Si se tenía dinero para invertir en estadios y seguridad militar porque nunca se tuvo dinero para mejorar la calidad de vida de sus habitantes?.