Osos en el Caribe.

18 Mar 2014
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John Marulanda
ABOGADO. Consultor Internacional en Seguridad y Defensa.

El Caribe está a miles de millas de distancia de Moscú pero cerca en su estrategia de recobrar  algo de la  tradición imperial zarista.  Tiene el Kremlin en este “mediterráneo de las cien bocas” dos viejos amigos, Cuba y Nicaragua y uno nuevo: Venezuela. Algún académico por estos días convulsos en Ucrania, comparó a Sebastopol con La Guaira en un desafortunado parangón histórico pero en un adecuado aserto geopolítico. Al fin de cuentas eso es la Geopolítica: Poder político, económico y militar en una área geográfica determinada.

La presencia de aprestos militares rusos en el Caribe ha venido ocurriendo sin prisa pero sin pausa.
 
Recapitulemos. En septiembre de 2008 dos bombarderos estratégicos  Tupolev  TU-160, el   ‘Alexander Molodchi’ y el ‘Vasili Senko’,   volaron ida y vuelta entre los aeropuertos internacionales Simon Bolívar en Maiquetía,  y  Augusto Sandino en Managua. En sus vuelos, estos "Black Jack", como los clasifica la OTAN y que pueden estar equipados con cohetes nucleares de crucero  y más de 40 toneladas de bombas, detallaron el nuevo mar nicaragüense y todo el Caribe en general, mientras probaban las capacidades de reacción de la Fuerza Aérea Colombiana a cuyo espacio aéreo entraron “inadvertidamente”. En diciembre del mismo año el barco insignia de propulsión nuclear "Pedro El Grande", el destructor "Almirante Chabanenko" y dos naves de apoyo, atracaron en el puerto de La Guaira y  se pavonearon  orondos  por las costas venezolanas.  
 
Pedro el Grande está equipado con misiles supersónicos P-700 Granit, cargas convencionales, armas antisubmarinas y artillería pesada y el Chabanenko con misiles antibuque Moskit y sistemas de defensa antiaérea, aunque su función principal es la guerra antisubmarina. Por primera vez en la historia,  buques de guerra rusos tocaron costas venezolanas y  por primera vez después de la guerra fría,  visitaron Cuba. Esta  “Ostentación de bandera”  tuvo su más reciente acto  el pasado 27 de febrero cuando atracó en los muelles de La Habana -en donde negocian a puerta cerrada y bajo la tutela castrista el gobierno colombiano y las FARC-  el buque Viktor Leonov CCB-175, nave de la clase Vishnya, especializado en inteligencia técnica. Fuentes bien enteradas informaron que posteriormente el navío militar atracaría en Bluefields, Nicaragua.
Esta última visita, que no sorprende, sería una alerta temprana especialmente para  Colombia que ha denunciado los intereses expansionistas nicas, luego de que en noviembre del 2012, la Corte Internacional de La Haya le quitara cerca de 90  mil kilómetros cuadrados de mar y se los entregara a un habilidosos Daniel Ortega.
 
El arribo del buque de inteligencia técnica,  estuvo antecedido por el anuncio de la renovación de los votos de amistad entre Nicaragua y Rusia, quienes ejercerán soberanía a dos manos en el recien adjudicado mar a la nación centroamericana. Ya el congreso nicaragüense había autorizado el ingreso de tropas, naves y aeronaves militares de Rusia con el fin de realizar operaciones antinarcóticos conjuntas en los espacios marítimos delimitados por La Haya. Además, el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú,  anuncio el interés ruso en la construcción  de bases navales en  Cuba, Nicaragua y Venezuela y  la edificación de un centro de entrenamiento antinarcóticos cerca a Managua. Y ni que decir de Venezuela.
A raíz de la visita a la Guaira en agosto del año pasado del crucero lanzamisiles Moskva, buque insignia de la Flota rusa en el mar Negro, Maduro, con su  avinagrada verborrea revolucionaria, confirmó vociferante que su gobierno aumentará la cooperación técnico-militar con Rusia. Cooperación que es en realidad un negocio: el chavismo ha gastado más de 12 mil millones de dólares  en armamento ruso, dentro de una negociación petrolera de más de 20 mil millones de dólares. Un rápido vistazo al arsenal ruso de este país no deja de sorprender y, por supuesto, de preocupar: aviones cazabombarderos Sukhoi-30,  tanques T-90, T-72M y S-25, vehículos blindados BMP y BTR, misiles TOR, S-125 Pechora, S-300 e Igla, lanzacohetes múltiples BM-21, BM-30, cañones de 155 mm  Msta-S, helicópteros de ataque MI-35, submarinos de la clase Amur y más de 100 mil fusiles AK-103.
 
El presupuesto real de Defensa creció un 12.4% durante 2013 según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos. Armamentismo ¿Para un conflicto contra quién? ¿Para enfrentar los marines norteamericanos cuando desembarquen? ¿Para frenar la desbordante tasa interna de homicidios? ¿Para desmantelar las rutas del narcotráfico? ¿Para detener al  expresidente colombiano Alvaro Uribe y sus huestes paramilitares que invadirán Venezuela?
 
Los rusos lidian por restablecer su alicaída influencia en sus fronteras occidentales a través de la “Unión Euroasiática” y de mantener su injerencia en Crimea al mejor estilo soviético: enviando tropas. Y cual merodeadores corsos, venden armas a los emproblemados gobiernos comunistas del Caribe ( A Perú también le vendieron y le venden aviones de combate). Todo esto en tanto el gobierno de Obama mira para otros mares y otros continentes, haciendo de nuevo un mutis a los “amigos” del patio trasero norteamericano. Geopolítica, es el nombre del juego.
 
Y mientras los rusos medran por El Caribe apoyados en el Eje Managua, La Habana, Caracas, los chinos se desbocan en tierra firme. Saben que Latinoamérica  tiene más de ¼ de la tierra cultivable, el 10% de las reservas de petróleo y más del 40% de los yacimientos de cobre y plata en el mundo. Apetitoso manjar débilmente manejado por castas políticas veniales, núcleos económicos corruptos y camarillas revolucionarias autócratas y analfabetas.
 
Del anterior mapa se pueden bocetar varios escenarios. He aquí uno: 1. Nicaragua continuará con sus ambiciones expansionistas, buscando ahora arrebatarle San Andrés y Providencia a Bogotá. 2.  Rusia apoyará militarmente a Nicaragua, con la excusa de la guerra contra el narcotráfico en El Caribe, que tal como lo advirtió quien esto escribe, está viendo una creciente actividad ilegal debido a la incapacidad material de Nicaragua para controlar su nuevo mar; 3.  Ante cualquier plante militar colombiano en el Caribe, que contaría con el soporte, al menos solidario, de la OTAN,  Venezuela apoyará a Nicaragua con lo que tiene: armamento ruso y La Habana, por supuesto, con el chantaje continuo de los diálogos con las FARC. 4.  Los rusos, ni más faltara, apoyarán a Nicaragua, Venezuela y Cuba con presencia, en el mejor de los casos, de sus buques y aviones, argumentando la solicitud de colaboración por parte de los gobiernos comunistas o la necesidad postventa de apoyo logístico. De paso le envia un tit for tat a US en referencia a lo que esta sucediendo en Ucrania. 5.  EEUU, tímido en asuntos de guerra por estas calendas, continuará con su tradicional desdén hacia cualquier escaramuza fronteriza en el Caribe. Siria, Afganistán, Irán, Corea del Norte, China son más importantes para su estrategia geopolítica global. 6. ¿Una moderna edición de la guerra fría entre Occidente y Rusia, que pareciera brotar de una putiniana ambición geopolítica que se extendería hasta las fronteras norteamericanas en El Caribe y de la “ingenuidad”, al decir del senador McCain, de Obama?.
 
Una merma de la institución militar colombiana como consecuencia de la negociación en Cuba con el cartel de las Farc, un descomunal aparato militar venezolano, la acción desbordada del G2 cubano en el área y una calculada avidez territorial  nicaragüense, son todos los elementos necesarios para una ebullición de las cálidas aguas caribeñas.
 
Ojalá y este escenario se disuelva entre los urgentes problemas internos, especialmente económicos, que enfrentan Venezuela y Cuba en particular, el desbarajuste  político del socialismo del siglo 21 y la decadencia de sus falsos profetas, lo cual se puede oler en el ambiente.
 
Queda sobre el tapete la excusa que válida todos las especulaciones anteriores: el narcotráfico, negocio que deja la mayoría de sus ganancia en los Estados Unidos en donde grandes bancos lavan el dinero que genera muerte y corrupción al sur del rio Bravo.
 
Tanto Ortega como Maduro lucieron orgullosos la beskozirka (gorro marinero) cuando los buques de guerra rusos llegaron a sus puertos. Y esto puede ser una alerta temprana de lo que la centenaria irresponsabilidad de nuestros pintorescos caudillos tropicales puede generar.
 
El Bieliy (Oso) ruso husmea en El Caribe mientras hinca su garra en Crimea.


Modificado por última vez en Viernes, 20 Junio 2014 19:13
John Marulanda

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