Opinión. Rio. Por John Marulanda Destacado

12 Jun 2015
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Los cariocas han mermado su proverbial calidez: se ven preocupados, algo hostiles. Después de 12 años de gobierno, el Partido de los Trabajadores, fundado por Ignacio Lula para “los pobres y desposeídos”, resultó tan ladrón como cualquier otro partido tradicional: sus miembros saquearon a Petrobras, que pasó de ser una empresa petrolera importante en el mundo a una en casi quiebra. La situación económica del país pinta mal, con una recesión que podría ser la peor en 25 años. Duro de soportar para los cariocas, además de la carestía, es el ciclo desempleo-ingreso a bandas de narcotráfico inseguridad-violencia. Las Unidades Policiales de Pacificación (UPP) están siendo sobrepasadas por las redes delincuenciales de las favelas y los tiroteos, los muertos, aumentan cada día. La inseguridad ahora se extiende a Flamingo, Lagoa, Copacabana, Barra de Tijuca, con menores de edad que esgrimen armas blancas y acuchillan sin piedad. ¿Dónde está Lula? Su aura se ha desvanecido y ha dado paso a un como rencor reprimido. Dilma, su hija política, la glamorosa exguerrillera, evita exhibirse en público por miedo a los abucheos, toma urgentes medidas de corte neoliberal que la alejan de sus patrones socialistas y alista su visita a Washington. El Foro de San Pablo, esa máquina política continental ideada por Lula y Castro y financiada por Chávez, que congrega a organizaciones terroristas como las Farc y el Eln y que acaricia entregarle América Latina al marxismo-leninismo, urde sus estrategias mientras ve cómo Cuba se abre al imperialismo yanqui y a la iglesia católica y Venezuela se desmorona. No importa. Estos profetas del odio de clases tienen en su mira a Colombia y asesoran a los barones de la barbarie y a políticos corruptos y retardatarios. Con una Comisión de la Verdad de consecuencias insospechadas, anhelan reescribir la historia de este país mientras buscan desprestigiar a los militares, única barrera real contra el estalinismo que nos merodea y acordona por el sur, el oriente y el Caribe.
 
Inflación, devaluación, corrupción, desempleo, inseguridad, son los temas cotidianos en un Brasil que se prepara para los Juegos Olímpicos el año entrante. Es tal la situación, que hace un mes el ministro de Defensa dijo a los medios que ”las Fuerzas Armadas están muy lejos de una intervención militar para poner fin al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff por la crisis política y económica que enfrenta el país”.
 
Dejamos Leme y enrumbamos hacia Sao Conrado por una atestada avenida Atlántica. Joaquim, el conductor, responde con una sonrisa: “Lula está se escondendo atrás da saia de Dilma”.
 
Cuando se agudice el descalabro en Colombia, ¿dónde se esconderán los entreguistas de La Habana? .
 
 
Publicado en El Colombiano el 11 d ejunio de 2015.
John Marulanda

Consultor Internacional en Seguridad y Defensa

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