OPINIÓN: Prioridades Globales de la Aviación Civil. Por Cesar Augusto Bejarano Destacado

Como ha sido reiterado, hay un consenso sobre la importancia que tiene el transporte aéreo y la aviación en general para el crecimiento y desarrollo económico a nivel local  e internacional. Su rápida expansión, conlleva a la congestión del espacio aéreo debido al volumen del tráfico aéreo,  mayores riesgos para la seguridad operacional,  el surgimiento de amenazas nuevas y emergentes a la seguridad de la aviación, el comportamiento indisciplinado de los pasajeros en tierra y vuelo, los procesos de liberalización económica, el impacto de las operaciones aéreas sobre el medio ambiente, no solamente en cuanto a la calidad del aire local, el ruido, sino también sus efectos sobre el cambio climático, y la facilitación para el transporte de pasajeros, carga y correo aéreo, son los principales desafíos que enfrenta la aviación civil mundial y nacional.

Para tal efecto, hay un consenso sobre las prioridades de la aviación, de manera que esta, “pueda desarrollarse de manera segura y ordenada” y quesu desarrollo futuro “pueda contribuir poderosamente a crear y preservar la amistad y el entendimiento  entre las naciones”[1].

En este orden de ideas, los Estados, la Industria y las partes interesadas, han delimitado las prioridades globales de la aviación en temas relacionados con la eficiencia de la navegación aérea, la seguridad tanto operacional como aeroportuaria, la facilitación, la sostenibilidad del transporte aéreo y la protección del medio ambiente.

En cuanto a la navegación aérea, se busca que la gestión del espacio aéreo se apoye en nuevas tecnologías,  procedimientos modernos basados en la eficiencia y se logre una interrelación entre los planes nacionales, regionales y a nivel mundial, lo cual contribuirá no solamente a una gestión eficiente del espacio aéreo sino a la protección del medio ambiente. Con el fin de alcanzar este propósito, se ha establecido una metodología de mejoras por bloques del sistema de aviación, la cual contiene cuatro áreas fundamentales de mejoramiento para la eficiencia, a saber: operaciones aeroportuarias, interoperabilidad mundial de datos y sistemas, optimización de la capacidad y vuelos flexibles y trayectoria de vuelos eficientes.

La gestión del espacio aéreo, requiere de manera correlativa la gestión  de los riesgos de la actividad operacional. Es importante aquí aclarar dos conceptos relacionados con la seguridad en la actividad aeronáutica: la seguridad operacional que en inglés se conoce como safety, es decir, el conjunto de acciones que los Estados y operadores deben implementar para reducir los riesgos y se evite en la medida de lo posible accidentes o incidentes en la navegación aérea y la seguridad de la aviación o security,  conocida también como seguridad policial o seguridad aeroportuaria, como el conjunto de acciones que los Estados y también los operadores, deben implementar para proteger las actividades de aviación contra los actos de interferencia ilícita o actos terroristas, tanto en tierra como en vuelo. Sobre esta materia, hay un conjunto de instrumentos jurídicos de derecho aeronáutico internacional, para proteger a la aviación de las amenazas nuevas y emergentes, como por ejemplo el transporte de sustancias biológicas, químicas y nucleares, los ataques cibernéticos, el comportamiento insubordinado de los pasajeros en vuelos internacionales, el transporte de geles, líquidos o aerosoles, y últimamente de tabletas electrónicas, solo por mencionar los más relevantes, los cuales  constituyen una amenaza a la seguridad de la aviación. El Anexo 17  al Convenio sobre Aviación Civil Internacional (Convención de Chicago),  establece el conjunto de normas y métodos recomendados para garantizar la seguridad de la aviación frente a actos terroristas.

La Facilitación para la navegación de aeronaves, tripulaciones, pasajeros y carga, es otra de las prioridades de la aviación civil internacional. El Art. 22 de la Convención de Chicago, preceptúa que cada Estado contratante adoptará “todas las medidas posibles para facilitar y acelerar la navegación de las aeronaves entre los territorios de los Estados contratantes y evitar todo retardo innecesario a las aeronaves, tripulaciones, pasajeros y carga, especialmente en la aplicación de las leyes sobre inmigración, sanidad, aduana y despacho”. En la misma línea, el Anexo 9 sobre Facilitación al Convenio de Chicago establece un conjunto de normas y métodos recomendados para aumentar la eficiencia, reducir la congestión en los aeropuertos y mejorar la seguridad contra actos de interferencia ilícita. Una de las novedades que se deriva de esta Anexo es la expedición por parte de los Estados, de los Documentos de Viaje de Lectura Mecánica (DVLM), entre ellos, los Pasaportes de Lectura Mecánica (PLM), pasaportes que deberían expedir los Estados a más tardar en el 2005 y ahora la utilización de la biometría en los Pasaportes Electrónicos. Adicionalmente, para hacer más efectivo y confiable la verificación de los Pasaportes Electrónicos, se ha creado el Directorio de Claves Públicas (PKD por sus siglas en inglés)[2], del cual Colombia es un Estado participante, junto con otros Estados Miembros de la Organización de Aviación Civil Internacional.

En relación con el crecimiento del transporte de pasajeros y carga, la prioridad es desarrollar marcos regulatorios armonizados a nivel mundial que garantice el acceso a los mercados, los servicios de carga aérea, la propiedad y control de las empresas de transporte aéreo y principios rectores que orienten a los Estados en la protección al consumidor, “de manera que los servicios internacionales de transporte aéreo puedan establecerse sobre una base de igualdad de oportunidades y realizarse de modo sano y económico”.

Finalmente, una de las preocupaciones de la comunidad aeronáutica internacional es la protección del medio ambiente contra los efectos contaminantes de las operaciones de aviación civil sobre la atmósfera. En la última década, la Unión Europea, consciente de los desafíos que implica la contaminación ambiental, diseñó un Sistema de Comercio de Emisiones (ETS-EU por sus siglas en inglés), aplicado al sector de la aviación. Esta iniciativa tomó fuerza en el seno de la OACI y en la pasada 39ª. Asamblea, los Estados adoptaron un Plan de compensación y reducción de carbono para la aviación civil internacional (CORSIA).

Adicionalmente, el Consejo de la OACI, en su pasado 210º. Período de Sesiones, adoptó una norma de diseño mundial sobre emisiones de CO2 la cual se aplica a nuevos diseños de tipo de aviones a partir del 2020 y a diseños de tipo de aviones que ya están en producción, a partir del 2023. Los aviones en producción que no cumplan la norma a partir del 2028 ya no podrán seguir fabricándose, a menos que se modifiquen los diseños para cumplir la norma.  Esta regulación está incluida en la primera edición del volumen III del Anexo 16 al Convenio de Chicago (Protección del Medio Ambiente).

De esta manera el sector del transporte aéreo está a la vanguardia en la protección del medio ambiente, primero con el acuerdo mundial sobre el Plan de Compensación y Reducción del Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA) aprobado por la pasada 39ª Asamblea de la OACI y ahora con la adopción de una norma mundial de diseño relativa a las emisiones de CO2para los aviones.

Así las cosas, seguridad, eficiencia en la navegación aérea, sostenibilidad del transporte aéreo y protección del medio ambiente, son las prioridades actuales de los Estados, la Industria y las partes interesadas, para hacer del sistema de transporte un medio que contribuya al desarrollo económico, y  un entendimiento entre los pueblos del mundo.

 


[1]Preámbulo del Convenio sobre Aviación Civil Internacional. OACI, 9a. Edición, 2006.

[2]Public Key Directory (PKD).

Cesar Augusto Bejarano Ramon

Abogado (Universidad de los Andes), Máster en Derecho Comercial Internacional, Universidad de Montreal (Gestión de Contratos, y Riesgos en procesos contractuales internacionales, Derecho Financiero Internacional, Derecho Internacional de la Propiedad Intelectual, Arbitramento, y Derecho Penal Económico Internacional), Máster en Ciencia Política y Relaciones Internacionales (Pontificia Universidad Javeriana), Licenciado en Filosofía (Universidad Santo Tomás de Aquino), certificado por la OACI en Sistemas de Gestión de la Seguridad Operacional Programa Estatal de Seguridad Operacional.

Amplia experiencia profesional en la Organización de Aviación Civil Internacional, enfocado en los aspectos legales de la Navegación Aérea, Seguridad Operacional, Seguridad de la Aviación, Sostenibilidad del Transporte Aéreo Internacional, protección del Medio Ambiente y Cooperación Técnica. Asesoría jurídica a Colombia en los procesos de ratificación de los Tratados Multilaterales de Derecho Aeronáutico.  Designado por el Gobierno de Colombia para participar en la 36ª, 37ª, 38ª y 39ª  Asambleas de la OACI, y en las reuniones de alto nivel, conferencias diplomáticas, simposios, paneles y talleres, realizadas en la OACI desde el 2006 hasta la fecha.

En el nivel nacional, Director Jurídico de la Cámara de Representantes, Profesor en las más prestigiosas universidades de Colombia en las Ciencias Jurídicas, Políticas y Filosóficas. Asesor de la Conferencia Episcopal de Colombia  en asuntos de Paz y Resolución de Conflictos.

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