Un grupo de especialistas en Security, fuimos convocados para analizar los problemas que enfrentarán los sectores energéticos en varias partes del mundo. El proceso de Paz en Colombia, entre otros casos, fue expuesto con la objetividad que exigen esos veteranos peritos que viviseccionan diariamente guerras, conflictos, terrorismo, crimen organizado, delincuencia común, protesta social e inestabilidad política.
Conclusión unánime: en Colombia están dados todos los elementos para un rebrote de violencia. Las farc lo huelen y por eso no entregan todas sus armas. El gobierno lo intuye, sin embargo insiste en desmoralizar a sus militares y policías. En las redes ya circulan videos de personajes llamando francamente a una rebelión armada contra la constitución narcofariana impuesta bajo la tutela de Cuba y que nos llevará a un Estado marxista-leninista más justo, más desarrollado y tan feliz como Venezuela.
En los 60 un cura español comunista vino dizque a “liberarnos” matando campesinos, soldados y policías. Ahora otro español, un neocolonialista camarada abogado, diseñó una justicia que juzgará “los crímenes contra el pueblo” (sic) de militares y empresarios. Además de este tribunal revolucionario, obligado a pesar que dijimos mayoritariamente que NO, el narcotráfico y la minería ilegal están desbordados; la seguridad territorial en las fronteras con Ecuador, Venezuela y Panamá, está a cargo de guardias campesinas adoctrinadas y entrenadas por las farc; el mando militar, mudo, toma nota de la usurpación constitucional y el derrumbe del estado de derecho; la expropiación de seis millones de hectáreas para proyectos colectivistas se ve llegar y la economía fiscal se acerca al colapso, en un mapa bien, pero bien complicado.
Este gobierno fue incapaz de concitar una Fuerza Moral Nacional suficiente para consolidar un esfuerzo común por la paz y, por el contrario, ha sembrado todos los elementos básicos necesarios para la radicalización y la violencia política: crimen organizado, corrupción, impunidad, estrechez económica, propaganda mentirosa y banalidad.
Ya se pronostica una gran represión contra todos aquellos que “estigmaticen” o critiquen “los bienes inmateriales” del grupo narcoterrorista de las farc y su partido político y vendrá la mordaza para cumplir con “la prevención de la estigmatización” de los narcoterroristas. La prensa, en un bajón histórico de credibilidad, será la otra principal víctima.
Mientras Venezuela se derrumba, Ecuador intenta sacudirse el yugo del socialismo, Nicaragua se alista para su zarpazo sobre San Andrés y los apáticos, ingenuos o desinformados creen que Cuba y Corea del Norte son paraísos ejemplares, aquí avanzamos como corderos al degolladero, acumulando desconcierto, sorpresa e ira. Ira. Ese será el detonante que puede sumirnos en una nueva noche de violencia, a menos que se tomen decisiones políticas que nos alejen efectivamente de un gobierno estalinista. Y esto, no se ve. Por cobardía, entreguismo o estupidez.