Con la JEP castigarán y anularán a los militares, los únicos que los han podido detener en su empeño de tomarse el poder por las armas. Entretanto, avanzan en su estrategia que desde Marquetalia (1961) ha sido la de crear una base territorial independiente para su proyecto político-militar. Ahora tienen 26 plataformas (ZTN) que irresponsablemente el Gobierno les cedió gracias a un filólogo que decidió que la paz solo funcionaría si se federalizaba el país.
La consolidación de esas zonas autonómicas se logrará con los recursos de los cultivos ilícitos y la minería ilegal anexos a ellas; la infraestructura que resulte del presupuesto gubernamental y reclamada como logro fariano; 31 emisoras comunitarias que promoverán su ideología; la representación política de 10 curules regaladas, más otras 16 por circunscripción especial elegidas bajo la tutoría y vigilancia narcoterrorista. Tales autonomías estarán defendidas por las ametralladoras, morteros y misiles tierra-aire no entregados y por la seguridad preventiva de las Guardias campesinas, indígenas y cimarrona que secuestran y expulsan de sus predios a nuestros soldados y policías.
Contarán también con el apoyo de más de 1.000 efectivos de 26 estructuras armadas dizque disidentes y unos 4.000 milicianos dedicados a narcotráfico, inteligencia, proselitismo e intimidación y sicariato. Hace poco, unos 60 hombres uniformados y armados, hicieron presencia en vecindades de Jambaló y El Naya, anunciando el prelanzamiento del EPL en esa región. Los campesinos los conocen: son los mismos terroristas del frente 6 de las farc. Añádanse el eln y las bacrim con situaciones similares en Catatumbo y Guaviare.
La variopinta izquierda criolla, disfrazada, alabará la tranquilidad, “progresismo” y “desarrollo social” de esas zonas que lograrán el sueño fundacional de las farc: proyectar su poder hacia los habitantes de Medellín, Cali, Bucaramanga, Atlántico y de esta manera rodear y estrangular Bogotá, como trataron de hacerlo por las armas y fracasaron en 1996.
Esos bolsones comunistas expandirán sus límites. Los fronterizos con Venezuela y Ecuador, principales rutas de salida del narcotráfico, no tardarán en proclamar la Gran Patria Bolivariana, Plan Geopolítico del Foro de Sao Paulo: caguancitos legalizados, protegidos por Cuba y Venezuela, serio problema de integridad territorial para el que nuestras Fuerzas Armadas no sabemos si están preparadas. Recordaremos, con ira, a Santos y sus aplaudidores.
También es posible que las comunidades de esas zonas, envenenadas de rigorismo estaliniano, se rebelen y debido a la ineficacia de la corrompida justicia de este país nobelista, adopten la vieja y tenebrosa vía del Juez Lynch. Surgiría un desastroso nuevo ciclo de violencia.
*Miembro de Acore Antioquia